TÍTULO: The Laundromat. Dinero sucio. TÍTULO ORIGINAL: The Laundromat. AÑO: 2019. NACIONALIDAD: Corea del
Sur. DIRECCIÓN, MONTAJE Y DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Steven Soderbergh. GUION:
Scott Z. Burns, adaptando un libro de Jake Burns. MÚSICA ORIGINAL: David Holmes.
INTÉRPRETES PRINCIPALES: Meryl Streep, Gary Oldman, Antonio Banderas, James
Cromwell, Robert Patrick, David Schwimmer, Marsha Stephanie Blake, Jeffrey
Wright, Sharon Stone, Nonso Anozie, Miracle Washington, Jessica Allain, Nikki
Amuka-Bird. DURACIÓN: 95
minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: https://www.netflix.com/title/80994011.
El 3 de abril de 2016, un
conjunto de medios de comunicación a nivel internacional (en España, fueron El
Confidencial y La Sexta) publicaron, coordinadamente, una exclusiva que vino en
llamarse “los papeles de Panamá”: una ingente documentación proveniente del
bufete de abogados panameño Mossack & Fonseca que revelaba la existencia de
miles de sociedades pantalla creadas con el exclusivo fin de traspasar a las
mismas bienes y activos y evitar, así, que los mismos pagasen impuestos en sus
países de origen. El caso adquirió mayor repercusión al descubrirse que, entre
los titulares de estas sociedades, había multitud de figuras conocidas del
mundo de la política, de las finanzas y del espectáculo. Esta exclusiva puso en
evidencia un proceso masivo de evasión fiscal y, además, dejó al descubierto
los mecanismos por los que la misma era realizada. La última película de Steven
Soderbergh (de quien, con anterioridad, en nuestra revista, ya comentamos Contagio – 2011– y Efectos secundarios – 2013–), estrenada en Netflix, toma como punto de partida la citada exclusiva, aunque
amplía su punto de vista a cómo funcionan, en general, todos los paraísos
fiscales y cómo su existencia, lejos de ser una realidad ajena al ciudadano
corriente, acaba repercutiendo, finalmente, de modo negativo en su vida. Aparte
de la dirección de Soderbergh, el gran atractivo de la película es la presencia
en el reparto de Meryl Streep, Gary Oldman (quien encarna el papel del abogado
Jürgen Mossack), Antonio Banderas (quien da vida al otro letrado del bufete,
Ramón Fonseca), Jeffrey Wright y Sharon Stone. Sin ser una de las mejores
películas de Soderbergh, hay que admitir que The Laundromat. Dinero sucio cumple con lo que se propone y, ello,
gracias a que el realizador se aparta de algunos de sus rasgos más evidentes de
estilo.
Porque, como ya dijimos en
anteriores reseñas, el estilo de Soderbergh se caracteriza por su frialdad y su
objetividad, por su vocación de que la figura del director desaparezca para que
la cámara ejerza una función casi notarial de los hechos que muestra. En cambio,
aquí adquiere un tono panfletario (y decimos esto en el buen sentido de la
palabra) que, para desplegar toda su carga crítica, emplea un aire sarcástico
que deriva, casi de inmediato, en una sátira implacable y feroz contra unos
modos y maneras que se han convertido en moneda corriente (nunca mejor dicho)
de los estratos sociales más poderosos. A pesar del tono del film, Soderbergh
sabe explicar con precisión y rigor los mecanismos de evasión tributaria que se
ponían en práctica desde el bufete Mossack & Fonseca y cómo la existencia
de paraísos fiscales pueden tener efectos negativos insospechados sobre muchos
aspectos de nuestras vidas y, por tanto, no es un tema que, como ciudadanos,
podamos estar al margen de él. Con un reparto que brilla a excelente nivel, hay
que destacar las interpretaciones de Gary Oldman y Antonio Banderas, que,
sabiendo adaptarse al tono y al desarrollo argumental del film, están
estupendos tanto en su labor de juguetones maestros de ceremonias que van
acompañando al espectador en la evolución de la trama como de abogados
avariciosos que, cuando menos se lo esperan, ven cómo han pasado a ser de
dominio público sus secretos más inconfesables.
IMÁGENES DE LA PELÍCULA:
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