EL VIAJE DE MARTA (STAFF ONLY) DE NEÚS BALLÚS. VACACIONES DE MADURACIÓN.

TÍTULO: El viaje de Marta (Staff Only). TÍTULO ORIGINAL: El viaje de Marta (Staff Only). AÑO: 2019. NACIONALIDAD: España-Francia. DIRECCIÓN Y MONTAJE: Neus Ballús. GUION: Neus Ballús y Pau Subirós. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Diego Dussuel. MÚSICA ORIGINAL: Isabel Latorre. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Elena Andrada, Sergi López, Diomaye Augustin Ngom, Ian Samsó. DURACIÓN: 82 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.acontracorrientefilms.com/pelicula/1012/el-viaje-de-marta-staff-only/.

CALIFICACIÓN:

Tras su anterior largometraje, La plaga (2013), una película que se desarrollaba a medio camino entre la ficción y el documental y que representaba una mirada original e insólita a una serie de personajes que vivían al margen del éxito y el reconocimiento social, ahora, en El viaje de Marta (Staff Only), la directora Neus Ballús entra en el terreno de la ficción pura para contarnos una historia de iniciación, la de Marta (interpretada por la debutante Elena Andrada, que luce a un excelente nivel), una chica joven que viaja junto a su padre (Sergi López) y su hermano pequeño (Ian Samsó) a Senegal para pasar las vacaciones. Lo que era, en un principio, un programa de actividades rutinarias en las que los turistas solo tienen acceso a los tópicos más simples y vulgares del país, se ve alterado cuando Marta va conociendo mejor a uno los lugareños, que ejerce las funciones de fotógrafo del grupo de visitantes, y decide implicarse en los problemas que este le cuenta. Sin embargo, sus ilusiones y sus idealistas puntos de vista se ven truncados conforme los acontecimientos se desarrollen en contra de lo que eran sus iniciales buenas intenciones. La película es narrada con gran agilidad y frescura y, desde el punto de vista argumental, viene a ser una puesta en cuestión del aire de superioridad y arrogancia con que la miarada occidental trata las realidades y circunstancias de otros países menos favorecidos económicamente pero, al mismo tiempo, es un relato de cómo el paso de la juventud a la madurez viene a ser un desmentido de algunas ideas e ilusiones que, nacidas de una visión excesivamente edulcorada del mundo, se acaban dando de bruces contra el suelo al descubrir la verdadera condición de este.

Cuando la película fue presentada en el último Festival de Málaga, preguntamos a la directora sobre el hecho de que ella fuera también montadora de la película y nos dio detalles muy interesantes de cómo se había desarrollado el proceso de montaje del film.

CINE ARTE MAGAZINE: Neus, en los títulos de crédito hemos visto que eres también la responsable del montaje. Teniendo en cuenta que la frescura narrativa es el principal rasgo de identidad de la película, ¿tenías muy claro el tipo de ritmo y tono que querías darle al film?

NEUS BALLÚS: Pues la realidad es que yo no tenía nada programado. Yo llegué a la sala de montaje con Edmon Roch (productor de la película), que hizo una importante labor de acompañamiento. Cada semana realizábamos un visionado porque habiendo sido la directora y siendo, además, la montadora, era muy difícil tener la distancia necesaria respecto a la película y Edmon ha hecho la labor de ver la película desde la distancia que yo no tenía. Yo llegué con todo el material. Con la experiencia anterior que yo tenía con La plaga, yo sabía que lo primero que tenía que hacer era olvidarme del guion. Arrojé el guion lejos y me dije: "Vale, esto ya es otra cosa". Miré el material y hubo un momento en que hubo crisis, porque era mi primera ficción, era diferente de montar a lo que había hecho antes... El montaje es como la escritura: es un proceso muy difícil de prever, done las intenciones casi no existen, es un proceso muy intuitivo, de llegar a ver una cosa después de la otra... Yo, en la sala, cambiaba de orden los planos y no sabía el motivo. Seguía un impulso inconsciente. Por eso, también moto sola: porque me es imposible verbalizarlo. Durante el proceso, llegó un momento en que hubo un clic en el que nos dimos cuenta de que la mirada de Marta, el personaje que interpreta Elena Andrada, debía ser la guía de este viaje, que, a través de su rostro y de sus reacciones, deberíamos viajar. Y eso no lo sabíamos en el momento de rodar. Ahora, os parece una película muy sencilla a nivel de rodaje. Pero tenemos mucho más material del que se ve en el resultado final. Fue en esa labor de simplificación final del montaje donde encontramos la narrativa adecuada de la película y la estética también, que acabó surgiendo en el proceso de forma natural. Es un proceso muy bonito el montaje, es hasta mágico, porque puede pasar de todo. Y pueden surgir de él películas muy diferentes.

Por todo lo dicho y expuesto, El viaje de Marta (Staff Only) es una película que merece la pena ver y que supone la consolidación de Neus Ballús como directora, un nombre que, tras la realización de dos películas tan diferentes como igual de eficaces en sus planteamientos, habrá que seguir con mucha atención en el futuro.