EL HOTEL A ORILLAS DEL RÍO DE HONG SANG-SOO. CONDICIÓN vs. ELECCIÓN


TÍTULO: El hotel a orillas del río. TÍTULO ORIGINAL: Gangbyeon hotel. AÑO: 2018. NACIONALIDAD: Corea del Sur. DIRECCIÓN Y GUION: Hong Sang-soo. MONTAJE: Son Yeon-ji. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Kim Hyung-ku. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Ki Joo-bong, Kim Min-hee, Kwon Hae-hyo, Song Seon-mi, Yoo Joon-sang. DURACIÓN: 96 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: http://laaventuraaudiovisual.com/el-hotel-a-orillas-del-rio/.

CALIFICACIÓN: 

Hay ocasiones en las que un director filma una película en la que logra destilar toda su esencia y personalidad, todas sus preocupaciones y obsesiones temáticas. Eso fue lo que el realizador coreano Hong Sang-soo hizo en 2015 con Ahora sí, antes no, un film en el que veíamos dos veces la misma historia, solo que, debido a pequeñas y minúsculas variaciones, los desenlaces de las dos versiones diferían radicalmente. Con ello, estaba claro que Hong Sang-soo era el director del matiz, de la observación escrupulosa de los más mínimos detalles y de la trascendencia de cada uno de nuestros actos y decisiones. Cada gesto, cada palabra, cada acción, aunque parezca mínima, puede ser relevante y cambiar nuestro destino. Ahora, en El hotel a orillas del río, Hong Sang-soo no se centra tanto en el futuro de sus personajes como en su condición, en los signos, leves y casi etéreos que la revelan y, en el fondo, la definen, y, sobre todo, en nuestra capacidad para cambiarla con el más mínimo giro o movimiento. Si en Ahora sí, antes no, cada pequeño paso podía ser decisivo, ahora basta cualquier frase o cualquier acción, aparentemente insignificante, para mostrar el precario e inestable fondo que nos sostiene y nos identifica.

En El hotel a orillas del río, el protagonista es un poeta de unos sesenta años, Young-Hwan, que está hospedado en un hotel y que presiente que va a morir. Recibe la visita de sus dos hijos, uno de ellos dedicado a los negocios (y que oculta a su padre que se ha divorciado de su mujer), el otro, director de cine, que arrastra dudas e inseguridades. En el mismo hotel, se hospedan dos chicas jóvenes, habiendo sufrido una de ellas las consecuencias negativas de una relación sentimental con un hombre casado. Con estos mimbres, deliberadamente sencillos e imprecisos, Hong Sang-soo logra trazar una urdimbre lo suficientemente densa como para poder explicar los grandes dilemas a los que cualquier vida se ve sometida, ya que esa vida puede ser tanto una cosa como algo completamente distinto.





Porque una de las impresiones que extraemos de El hotel a orillas del río es que la vida siempre está a medio hacer. No hay nada consolidado ni definitivamente consistente. Es por ello que la película opta por adoptar forma de boceto más que de cuadro acabado y perfectamente perfilado. Esta elección explica los curiosos títulos de crédito iniciales, esa espléndida fotografía en blanco y negro (que busca crear la apariencia de un dibujo a lápiz siempre presto a la modificación) y esas líneas argumentales que se muestran deslavazadas y casi sin definirse (¿por qué el hijo no confiesa a su padre que se ha divorciado?¿cuáles son las inseguridades que atenazan al director de cine?¿maltrató su amante a la chica protagonista?¿cómo fue la conversación que mantienen el director del hotel y el poeta y que se nos hurta al espectador?). Y ello explica ese cambio de apariencia del escenario donde transcurre el film, provocado por una nevada que no vemos pero que es una metáfora perfecta de cómo la realidad puede cambiar en pocos minutos de forma imprevista e inopinada.

Sobre esta base formal, Hong Sang-soo levanta un edificio de gran hondura filosófica y psicológica en el que muestra la disyuntiva a la que todo ser humano se acaba enfrentando en algún momento de su vida: seguir siendo lo que es o poder ser alguien diferente. ¿Acaban siendo determinantes, por ejemplo, los lazos familiares?¿O se puede romper con ellos y elegir una existencia distinta?¿Estamos condenados a ser lo que pensamos o sentimos?¿O podemos revertir dichos pensamientos y sentimientos para que nuestra realidad se nos aparezca de otros modos y maneras? Young-Hwan, sabiendo que va a morir, decide que los últimos instantes de su vida transcurran lejos de su familia para quedar cristalizados en un último poema, en sus musas y en un paisaje que simboliza la capacidad de cambio. Y, por ello, para evitar crear una película cerrada, maciza y perfectamente encajada, Hong Sang-soo opta decide mostrarnos la película antes de la película, sabiendo que la película perfecta nunca va a existir y que, si existiera, su perfección nos debería hacer sospechar de ella.



Hong Sang-soo, director de El hotel a orillas del río


TRÁILER DE LA PELÍCULA:




IMÁGENES DE LA PELÍCULA:









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