Hoy, completamos la cobertura del
Atlántida Film Fest 2019 de Filmin, y lo hacemos con la que ha sido, sin duda,
la guinda del certamen: la sección retrospectiva dedicada al cineasta británico
Ken Loach. 15 películas (de las que 14 siguen disponibles en dicha plataforma
de cine online) y un documental sobre
su obra (que también se puede seguir viendo) han conformado una amplia revisión
de una filmografía intensa, combativa y polémica, que le ha permitido ganar dos
Palmas de Oro en el Festival de Cannes: con El
viento que agita la cebada (2006) y Yo,
Daniel Blake (2016).
Ken Loach en un momento del documental Versus (2016) de Louise Osmond
Para hablar de esta sección
retrospectiva, habría que empezar por el principio y el final. Y vamos a
empezar por el final, es decir, por el magnífico documental Versus: The Life and Films of Ken Loach (2016)
de Louise Osmond, en el que se da, con gran inteligencia, un gran peso a la
parte menos conocida de la vida y obra de Loach: a las películas y documentales
que realizó para la BBC (como los famosos Up
the Junction, Cathy Come Home, The
Big Flame…), a los que intentó realizar para la ITV sobre la huelga de los
mineros en los 80 (Questions of
Leadership, Which Side Are you On…),
a su expulsión de ambas cadenas, a su fallido intento de representar la obra Perdition de Jim Allen en el Royal Court
Theatre, su ostracismo profesional por
su actitud crítica con el thatcherismo, el laborismo y los dirigentes
sindicales, el cual le llevó a tener que rodar spots comerciales, y su regreso al cine con Agenda oculta (1990), película que ganó el Premio Especial del
Jurado del Festival de Cannes.
Imagen de Agenda oculta (1990)
Y siguiendo con el principio, hay
que hablar de Kes (1969), su opera prima en el cine. Su inclusión en
la sección nos ha permitido, por un lado, conocer una maravillosa película en
la que detectamos con claridad las influencias que han marcado la obra de Loach
(el neorrealismo italiano, el Free Cinema,
la escuela documentalista británica, el cine de Europa del Este de los 60…).
Por otro, hemos podido emocionarnos con la historia del niño que, habiendo
nacido en el seno de una familia de clase trabajadora y crecido sin padre y solo
con el cuidado de su madre y con la cercanía de su autoritario hermano mayor,
encuentra un halcón y vuelca toda su ilusión y entusiasmo en poder amaestrarlo.
Ver Kes ha supuesto conocer una de
las mejores películas de Loach (si no, la mejor) y fue un pórtico imprescindible
para poder contextualizar el resto de películas que hemos visto en la sección.
Y ello por dos motivos esenciales: por el retrato que hace de la situación
social de los años 60 y por su intuición (vista en perspectiva, clarividente) de
que un impulso reaccionario y autoritario latía para imponer su ley y hacer
retroceder las conquistas sociales alcanzadas (la secuencia en el despacho del
director en la que este castiga a los niños con palmetazos es lo
suficientemente explícita y reveladora).
Imagen de Kes (1969)
El grueso de películas que han
formado parte de esta retrospectiva se puede dividir, claramente, en dos
grupos. Por un lado, están los que conforman la crónica de cómo, desde los años
80 hasta nuestros días, se ha producido el desmantelamiento de la clase
trabajadora, su progresiva pérdida de derechos y su creciente precarización y
empeoramiento de sus condiciones de vida. Riff-Raff
(1990), Ladybird, Ladybird (1994),
Mi nombre es Joe (1998), Pan y rosas (2000) – que trata el tema
de la inmigración mexicana a EE.UU. y de las condiciones de trabajo que tienen
que soportar dichos inmigrantes en Norteamérica–, La cuadrilla (2001) – sobre las consecuencias para los trabajadores
de la privatización de los ferrocarriles británicos–, Solo un beso (2004) – sobre una relación sentimental entre dos jóvenes,
ella, profesora de un colegio católico, él, musulmán de padres paquistaníes–, En un mundo libre… (2007), – cuyo tema
gira en torno a las agencias de empleo privadas que hacen de intermediarias
para contratar en el Reino Unido a inmigrantes del Este de Europa en
condiciones más que precarias–, Route
Irish (2010) – en la que Loach cambia radicalmente de escenario y pone el
punto de mira en los ejércitos privados que participaron en la posguerra iraquí–,
La parte de los ángeles (2012) y Yo, Daniel Blake (2016) conforman un
retablo que acaba conectando con la actual situación social, con sus tensiones,
sus frustraciones, con el desencanto generalizado y con unas trayectorias
vitales marcadas por la desesperación y por el afán desesperado de
supervivencia.
Imagen de La cuadrilla (2001)
El segundo grupo de películas, Tierra y libertad (1995), El viento que agita la cebada (2006), el
documental El espíritu del 45 (2013)
y Jimmy’s Hall (2014), son films de
corte histórico pero que representan momentos que, para Loach, tal como el
director confiesa en Versus,
verdaderamente trascendentales para comprender el momento histórico actual: la
independencia de Irlanda y la guerra civil posterior (1919-1923), la guerra
civil española (1936-1939) y la aparición del Estado del Bienestar y de las
industrias nacionalizadas en el Reino Unido a partir de 1945 y su
desmantelamiento en los 80 por parte de las políticas de Margaret Thatcher.
Un momento de El viento que agita la cebada (2006), ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes
Todo este conjunto de films
conforman una obra de enorme coherencia estética y temática y confirman que Ken
Loach, a pesar de las críticas que su cine puede generar y de los argumentos
defendidos por sus detractores, es un director esencial para comprender el cine
de las últimas cuatro décadas y, sus películas, testimonios esenciales de una
época en la que la incertidumbre, la precariedad y la derrota de los proyectos
colectivos marcaron y siguen marcando la evolución de nuestros países y de
nuestras sociedades.
Escena de Yo, Daniel Blake (2016), película ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes
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