BLACK MIRROR - T5: IDENTIDAD, VIRTUALIDAD Y FRAGILIDAD




DATO 1: Lo último que pudimos ver de Black Mirror antes de que este 5 de junio se estrenara la quinta temporada de la ya mítica serie en Netflix fue Bandersnatch, más que un episodio una auténtica experiencia audiovisual en la que el espectador podía ir eligiendo cómo quería que evolucionara la trama. Hay que decir que, en general, la historia acababa siendo un retorcido laberinto claustrofóbico, en el que, se eligiera el camino que se eligiera, era prácticamente imposible hallar una salida satisfactoria para su protagonista.

DATO 2: El pasado 19 de mayo, se estrenó el episodio final de Juego de tronos. Y a muchos fans no les gustó nada el desenlace, de modo que muchos de ellos reclamaron que se regrabara el final para que el mismo pudiera recoger una versión alternativa.

DATO 1 + DATO 2 + ESTILO Black Mirror: Ante los problemas de las series de éxito para dar con una terminación que no provoque la insatisfacción de un grupo más o menos numeroso de fans, una de ellas apuesta por abrir la trama a distintas opciones, de modo que el espectador pueda seleccionar la que más le convenza. Sin embargo, el éxito de la serie no hace más que acrecentarse y ello provoca que la ramificación de tramas no haga más que multiplicarse cada vez más, obligando al reparto a rodar todos los días, a todas horas, interpretando todo tipo de variantes en las decisiones de sus personajes, provocando, con ello, que, poco a poco, actrices y actores vayan perdiendo la cordura y hasta olvidando su auténtica identidad, convirtiéndose en auténticos zombies que actúan ya de modo puramente mecánico… A partir de aquí…

* Opción 1: El reparto, ante la situación que sufre, decide tomar medidas al respecto.

* Opción 2: El reparto, cada vez en peor estado físico y psicológico, baja irremisiblemente el nivel de sus interpretaciones, de modo que la audiencia de la serie desciende. La productora tiene que tomar una decisión ante esta circunstancia.

* Opción 3: El público cada vez está más enganchado a la serie. Las diferentes multitramas no hacen más que multiplicarse…

¿Cuál elegiría usted…?



Imágenes del episodio “Striking Vipers” de la quinta temporada de Black Mirror


Observemos lo que hemos hecho en los párrafos anteriores: unir una serie de elementos novedosos que están teniendo lugar realmente (la estructura de Bandersnatch, las protestas por el final de una serie…), los hemos estirado en sus posibles consecuencias y los hemos puesto en contexto dentro de las posibilidades tecnológicas actuales. Parece sencillo pero se corre el riesgo de agotar fácilmente el concepto hasta llegar a aburrir al espectador potencial de la serie. Sin embargo, la capacidad de Black Mirror para mantener vivo el espíritu del producto se ha manifestado como poderosa y casi infinita…

Uno de los motivos que ha permitido esta renovación perpetua ha sido la inteligente decisión de limitar los episodios por cada temporada (tres en la T1 y en la T2, seis en la T3 y T4, más dos episodios especiales). Otro de los elementos que ha ayudado a que la serie no se queme ha sido que, si en las dos primeras temporadas, el contexto en el que se desarrollaban las historias era básicamente británico, desde que la serie se incorporó a Netflix se introdujeron historias en un contexto estadounidense, lo cual ha ayudado a incorporar nuevos enfoques, nuevos puntos de vista, nuevos ritmos y nuevas facturas visuales, modificando lo que era el tono de los episodios iniciales. Pero creo que el punto decisivo ha sido que las posibilidades tecnológicas y, sobre todo, sus efectos secundarios indeseados, no han hecho más que crecer a lo largo de la última década. Hagamos una breve lista de hechos que han sucedido con posterioridad a la emisión del primer episodio de la serie (el legendario “The National Anthem”): publicación porWikileaks de los archivos de correos electrónicos de la empresa Stratfor (febrero de 2012), Julian Assange, fundador de Wikileaks, se refugia en la embajada de Ecuador enLondres para eludir su extradición a Suecia (junio de 2012), estallido del caso Edward Snowden (junio de 2013), temor a que las fake news divulgadas a través de redes sociales hubieran influido en los resultados del referéndum del Brexit y de las elecciones presidenciales donde salió elegido Donald Trump y nacimiento del concepto de “posverdad” (año 2016), comparecencia de Mark Zuckerberg, fundador y máximo directivo de Facebook, ante el Congreso de EE.UU. y ante el Parlamento Europeo para explicar el robo masivo de datos realizada por la empresa Cambridge Analytica (abril-marzo 2018)… Añadamos un hecho que pudiera resultar irónico: expansión de Netflix, que se acaba convirtiendo en productora de la propia Black Mirror. Es fácil deducir que no hace falta que la serie insista en la preocupación sobre las inquietantes implicaciones de muchas innovaciones tecnológicas sino que esta preocupación no ha dejado de estar presente constantemente en los medios de comunicación.



Imágenes del episodio “Smithereens” de la quinta temporada de Black Mirror


La quinta temporada de Black Mirror vuelve a estar compuesta de tres episodios (como la T1 y la T2) en torno a la hora de duración cada uno de ellos: “Striking Vipers”, “Smithereens” y “Rachel, Jack and Ashley Too” (este último es en el que interviene Miley Cyrus). Cada episodio gira en torno a un concepto tecnológico básico: la realidad virtual, el primero; las redes sociales y las apps de empresas tipo Uber o Cabify, el segundo; y (digamos) los asistentes electrónicos por voz (en forma de muñeca) y la inteligencia artificial, el tercero. Esto por hacer solo una idea sin hacer spoilers que estropeen la sorpresa para el espectador porque, profundizando en una característica que la serie ha ido puliendo conforme se han ido añadiendo temporadas, es que, a partir de ese concepto inicial, cada episodio desarrolla toda una serie de capas argumentales y temáticas que convierte a cada uno de ellos casi en un auténtico tratado de las contradicciones y de los males que nacen de un triángulo que puede resultar mortífero para el ser humano en la coyuntura actual: las nuevas tecnologías, el contexto sociocultural y la cultura corporativa de las grandes multinacionales. Así, “Striking Vipers” pone en relación la realidad virtual, los nuevos videojuegos que surgen a partir de la misma y, de forma sorprendente, la redefinición que están experimentando las vivencias e identidades sexuales (¿que pone en relación, tal vez, con el tedio y la abulia que dominan a las clases sociales más acomodadas o, como mínimo, menos afectadas por los problemas económicos?, dejo ahí la pregunta). “Smithereens” (seguramente, el mejor de los tres episodios) trata sobre la adicción a las redes sociales y, sutilmente, del creciente poder que en las grandes empresas acaba teniendo la tecnoestructura, por encima incluso de sus verdaderos propietarios e, incluso, de las “presuntas” autoridades que nos gobiernan  (algo que acaba convirtiendo al episodio en la ilustración perfecta de lo que el economista estadounidense John Kenneth Galbraith exponía en su obra El Nuevo Estado Industrial). Y, finalmente, “Rachel, Jack and Ashley Too” acaba trazando un paralelismo bastante curioso y, a la postre, fascinante, entre el perfil y la evolución de la cantante que protagoniza el capítulo y el experimentado realmente por la propia Miley Cyrus, que es la actriz que da vida al personaje. Como ya es tradición en la serie, cada episodio tiene un tono y clima completamente diferentes que ayudan a que el estilo visual y narrativo de cada uno de ellos acabe armonizando con los diferentes temas que los mismos abordan y que permite, además, que el espectador nunca sepa de antemano ni con qué se va a encontrar ni cómo va a evolucionar el argumento.



Imágenes del episodio “Rachel, Jack and Ashley Too” de la quinta temporada de Black Mirror


Lo que siempre resulta curioso e inquietante en Black Mirror es que, tratándose de una serie de ciencia-ficción, parece hablarnos de nuestro presente o, en todo caso, del futuro que nos espera. Y ello es la prueba de que la serie conserva esa capacidad que tuvo desde el comienzo de reflejar los miedos y temores de todos nosotros, que no podemos separarnos de las innovaciones tecnológicas que nos atrapan y subyugan pero que, al mismo tiempo, sentimos un terror inconsciente ante las estremecedoras amenazas que se ciernen ante nosotros por culpa de las posibilidades de esas mismas innovaciones. En relación al nivel que hemos visto en la serie desde el año 2011, posiblemente esta quinta temporada no sea la mejor de ellas, sobre todo si tenemos en mente capítulos espléndidos que hemos visto en el pasado (como “15 millones de méritos” en la T1, “Oso blanco” de la T2, “San Junipero” de la T3 o “Arkangel”, “Cocodrilo” y “Hang the DJ” de la T4) pero, sin embargo, no es menos verdad que ha logrado abrir la serie a nuevos temas, argumentos y posibilidades narrativas. En lo que sería el tercer “nacimiento” de la serie, esta T5 de Black Mirror es, posiblemente, la experimentación de lo que sería una nueva etapa en la que se combinaría con mucha mayor intensidad el tono realista de episodios como “El momento Waldo” o “Cállate y baila” y el tono altamente tecnológico de capítulos como “Toda tu historia”, “Playtesting” o “USS Callister”.



Imágenes de la quinta temporada de Black Mirror


En definitiva, podemos concluir que Black Mirror sigue viva y, aunque solo sea por el ritmo con que las nuevas tecnologías van irrumpiendo en nuestras vidas, hay suficiente material para renovar sus historias y sus temáticas y ofrecer grandes satisfacciones a los futuros espectadores. O no… ¿Qué hipótesis podemos plantear?

* Opción 1: Aparecen nuevas innovaciones que dan lugar a episodios espectaculares de la serie.

* Opción 2: El formato se va agotando y cada nueva temporada ofrece un interés menor que la anterior.

* Opción 3: Según empezó a insinuarse en el episodio “Black Museum”, que cerraba la T4, todas las historias de Black Mirror forman parte del mismo universo y acabamos descubriendo quién o quiénes lo han diseñado y lo dirigen.

¿Cuál elegiría usted…?


IMÁGENES DE LA QUINTA TEMPORADA DE BLACK MIRROR













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