TÍTULO: Extremadamente cruel, malvado
y perverso. TÍTULO
ORIGINAL: Extremely Wicked, Shockingly
Evil and Vile. AÑO:
2019. NACIONALIDAD: Estados Unidos. DIRECCIÓN: Joe Berlinger. GUION: Michael
Werwie, adaptando un libro de Elizabeth Kendall. MONTAJE: Josh Schaeffer. DIRECCIÓN
DE FOTOGRAFÍA: Brandon Trost. MÚSICA ORIGINAL: Marco Beltrami y Dennis Smith. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Lily Collins, Zac Efron,
Angela Sarafyan, Grace Victoria Cox, Kaya Scodelario, Haley Joel Osment, Jim
Parsons, John Malkovich. DURACIÓN: 110 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: https://www.facebook.com/ExtremelyWickedShockinglyEvilAndVile/
Es bastante desconcertante que,
en la época actual, una película pueda titularse Extremadamente
cruel, malvado y perverso, un título que remitiría, más bien, a un giallo italiano de los años 60 y 70. Sin embargo, el nombre de le
la película tiene su explicación. Y es que este film es una reconstrucción del “caso
Ted Bundy”, uno de los más terribles asesinos en serie de la historia de
Estados Unidos y son exactamente esas palabras, “extremely wicked, shockingly evil and vile” si atendemos a la frase
original en inglés, las que pronunció en su sentencia el juez de Florida que lo
condenó a muerte. Pero, por otro lado, el hecho de que el título de la película
remita al giallo italiano pudiera no
ser casualidad porque, al igual que las películas pertenecientes a dicho
género, este film de Joe Berlinger comparte con ellas el mismo clima tenso e
insano que envuelve sus tramas y la sensación de ambigüedad que se desprende de
los personajes, que parecen todos ellos culpables de algún modo aunque, al
final, lo que queda claro es que ninguno es absolutamente inocente (salvo las
víctimas, evidentemente).
Extremadamente
cruel, malvado y perverso nos narra la historia desde dos puntos de vista diferentes. El principal,
el de quien fuera pareja sentimental de Ted Bundy, Elizabeth Kendall, cuyo
libro es adaptado por este film. El segundo punto de vista es externo a este
personaje y nos va mostrando los avatares judiciales de Bundy (interpretado por
un estupendo Zac Efron), sus estancias en la cárcel, sus fugas y el proceso
definitivo que lo llevó a la silla eléctrica. Digo que el primer punto de vista
es el principal porque impregna al segundo de un modo sustancial y contundente.
Porque la cuestión fundamental en torno a la cual gira esta película es el
atractivo que genera la figura de Ted Bundy, a pesar de las pruebas que van
demostrando que es culpable de los crímenes de los que se le acusa. Entre las
dos subtramas (la inquietud que acosa al personaje de Lilly Collins por saber
que el hombre con quien ha compartido su vida es un asesino pero que, a pesar
de ello, sigue sintiéndose atraída por él y, por otro lado, el periplo judicial
de Bundy) se establecen toda una serie de paralelismos y contrastes que acaban
configurando una historia turbadora y desasosegante (a pesar de que, o, tal vez, gracias a ello, en ningún momento se muestran los crímenes cometidos). Los dos principales
elementos de conexión entre las dos subtramas son las dificultades de la
relación sentimental que el personaje de Lilly Collins inicia con el personaje
de Haley Joel Osment (sobre la cual se extiende inexorablemente la larga sombre
de Bundy) y la atracción irresistible que siente el personaje de Kaya
Scodelario por el asesino en serie y el apoyo incondicional que le presta.
Ambos puntos argumentales dotan de hondura temática a un film que ya es, en sí
mismo, una apreciable reconstrucción de unos terribles hechos que han marcado,
desde entonces, el desarrollo y evolución de la criminología.
Extremadamente
cruel, malvado y perverso es una producción de Netflix que, además, viene acompañada en esta
plataforma por la serie documental de cuatro episodios Conversaciones con asesinos: Las cintas de Ted Bundy, también
dirigido por Joe Berlinger. El documental, que tiene como punto de partida las
conversaciones que dos periodistas grabaron con Bundy, explica de forma mucho
más detallada que el film de ficción las circunstancias del caso, el modo en
que se fueron obteniendo pruebas contra él y las circunstancias que tuvieron lugar
entre la sentencia de su condena a muerte y el momento en que esta fue
aplicada, incluyendo su confesión final y la admisión de los crímenes cometidos.
Es especialmente inquietante la parte del capítulo final en la que se describe
cómo se aplicó la condena en la silla eléctrica y, sobre todo, el ambiente que
había en el exterior de la cárcel donde tuvo lugar el hecho.
El poder contrastar el film de
ficción, la serie documental e, incluso, los vídeos que acompañan a los títulos
de crédito finales del primero, que muestran los momentos reales ficcionados en
la película, constituye un fascinante ejercicio de análisis que nos permite
profundizar en cómo unos mismos hechos pueden ser relatados de forma muy
diferente y expuestos desde enfoques diversos e, incluso, contradictorios (a
pesar de que el director es el mismo en ambos casos). Comprobar cómo una
ficción sacrifica aspectos de la realidad para convertirse en un producto
manejable y narrativamente ágil y, a la vez, apreciar los esfuerzos que se hace
en la serie documental por recoger todos los puntos de vista y lograr una
exhaustividad que es imposible en un film de ficción comercial convierten a Extremadamente cruel, malvado y perverso y Conversaciones con asesinos: Las cintas de Ted Bundy en dos obras
que conviene visionar sucesivamente no solo para conocer los entresijos de un
caso impactante y devastador sino también para aprender a identificar con mayor
precisión los territorios en los que se mueven los diferentes formatos
audiovisuales.
TRÁILER DE LA PELÍCULA:
TRÁILER DE LA SERIE DOCUMENTAL:
IMÁGENES DE LA PELÍCULA:
IMÁGENES DE LA SERIE DOCUMENTAL:
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