TÍTULO: La caída del imperio
americano. TÍTULO
ORIGINAL: La chute de l’empire américain. AÑO: 2018.
NACIONALIDAD: Canadá. DIRECCIÓN Y GUION: Denys Arcand. MONTAJE: Arthur Tarnowski. DIRECCIÓN
DE FOTOGRAFÍA: Van Royko. MÚSICA ORIGINAL: Louis Dufort y Mathieu Lussier. INTÉRPRETES
PRINCIPALES: Alexandre Landry, Maripier Morin, Rémy Girard, Louis Morissette, Maxim
Roy, Vincent Leclerc, Pierre Curzi, Rose-Marie Perreault, Éric Bruneau. PÁGINA WEB
OFICIAL: http://www.wandafilms.com/site/fotografias/la_caida_del_imperio_americano. ENLACE EN FILMIN: https://www.filmin.es/pelicula/la-caida-del-imperio-americano.

Es evidente que pertenecer a una
cinematografía poco conocida a nivel mundial, acarrea la desventaja de que tus
películas tienen dificultades para ser vistas en otros países. Pero, en
contrapartida, al no estar obligado a prestar continua atención a las múltiples
y diversas opiniones de fuera de tu país, te puede dar la oportunidad de tener
la suficiente libertad como para abordar temas y realidades desde enfoques
nuevos, inauditos, sorprendentes y atrevidos. En cierto modo, ello explica que,
por ejemplo, las cinematografías latinoamericanas y asiáticas estén, en la
actualidad, en la vanguardia de la innovación estética en el séptimo arte. E,
igualmente, ello también puede explicar la personalidad del director quebequés
Denys Arcand, quien, perteneciente a un cine poco habitual en las salas
comerciales como es el canadiense, ha sido capaz de aplicar un microscopio
heterodoxo y nada convencional para observar la evolución de las sociedades
occidentales en las últimas décadas, sabiendo poner en primer plano hechos y
circunstancias que, si en los tiempos actuales han llegado a cobrar relevancia
preeminente, estaban relativamente fuera de plano cuando él los mostró en sus
películas.
Así, en El declive del imperio americano (1986) y Las invasiones bárbaras (2003), retrataba una generación de
profesores universitarios que, si en su juventud habían tenido sueños
revolucionarios y de transformación social, en su madurez habían renunciado a
cualquier tipo de lucha política o ideológica y estaban acomodados en su vida
de clase media-alta, atentos casi exclusivamente a su bienestar personal y
ajenos ya a lo que podría denominarse la consecución del bien común. Dando una
vuelta de tuerca adicional a estos argumentos, en La edad de la ignorancia (2007) lanzaba una diatriba sin piedad
contra el exceso de burocratización y estatalismo que reina en nuestras sociedades,
criticaba con aguda mordacidad la incapacidad e ineficacia de las estructuras
administrativas del llamado Estado del Bienestar y se despachaba,
adicionalmente, con varios ataques de cáustica ironía contra el dogma de lo “políticamente
correcto”. En el que era hasta la fecha su último largometraje, El reino de la belleza (2014) realizaba
un ejercicio de inaudita sutileza al mostrar cómo, por debajo de la apariencia
de modernidad y esnobismo, todavía seguían vivas culturas y mentalidades de
prepotencia masculina.
Ahora, con La caída
del imperio americano (2018), Arcand cerraría la trilogía iniciada con los
dos primeros títulos comentados en el párrafo anterior. Aunque pudiera parecer
que esta tercera entrega nada tendría que ver con El declive… y Las invasiones…,
ya que ninguno de los personajes de estas dos películas aparecen en La caída… y su argumento es completamente
independiente, sí que existe una conexión lógica que convierte a este último
film en un brillante colofón a la aguda reflexión de Arcand sobre el devenir de
nuestras sociedades. Y es que, haciendo una especie de comparación con Matrix (1999) de las hermanas Wachoski,
podríamos decir que en El declive… Arcand
nos retrataba cómo era la realidad virtual, en Las invasiones… nos hacía tomar la pastilla roja y, finalmente, en La caída… nos ofrece la visión de cómo
es el mundo real, un mundo muy diferente al que imaginaban los pasados
creyentes en el progreso y que se nos muestra con todas sus fallas y
contradicciones.
Uno de los grandes aciertos de El caída del imperio americano es utilizar
una trama de género negro como detonante de toda la historia, la cual está
protagonizada por un discreto y humilde repartidor (doctor en Filosofía, por
cierto) que, en una de sus entregas, se topa por azar con un atraco, hecho que
le ofrecerá inesperadamente la oportunidad de cambiar para siempre su vida. A
partir de dicha premisa, el film de Arcand supone un recorrido implacable y sin
piedad por todas las lacras y grietas de una sociedad que ha dejado de lado
cualquier tipo de valor ético o espiritual y que lo fía todo al puro
materialismo: las desigualdades sociales, la existencia de amplias capas de
miseria mientras a otros niveles brilla la opulencia, la corrupción, los
paraísos fiscales, la ineficacia estatal…
Con unas brillantes
interpretaciones de Alexandre Landry, Maripier Morin, Rémy Girard, Louis
Morissette, Maxim Roy y Pierre Curzi y un ágil ritmo narrativo, típico del cine
de Arcand, La caída del imperio americano
acaba constituyendo un certero diagnóstico del tiempo presente y de sus
males más acuciantes, el retrato de un mundo en crisis y de un orden que se
derrumba preso de sus desajustes y sus bucles sin resolver. Junto a El declive… y Las invasiones… pero también junto a La edad de la ignorancia todas ellas constituyen un retablo pleno de
lucidez acerca de cómo hemos llegado al punto en el que estamos y,
posiblemente, de cómo no podremos salir de él, a menos que empecemos a mirar a
los ojos a los perdedores de un sistema que ya solo es capaz de seguir jugando
con cartas marcadas.
TRÁILER DE LA PELÍCULA:
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