EMBOSCADA FINAL DE JOHN LEE HANCOCK. AL OTRO LADO DE BONNIE Y CLYDE



TÍTULO: Emboscada final. TÍTULO ORIGINAL: The Highwaymen. AÑO: 2019. NACIONALIDAD: Estados Unidos. DIRECCIÓN: John Lee Hancock. GUION: John Fusco. MONTAJE: Robert Frazen. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: John Schwartzman. MÚSICA ORIGINAL: Thomas Newman. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Kevin Costner, Woody Harrelson, Kathy Bates, John Carroll Lynch, Thomas Mann, Dean Denton, Kim Dickens, William Sadler, W. Earl Brown, David Furr, Jason Davis, Josh Caras, David Born.

CALIFICACIÓN: 

Hay un momento de Bonnie y Clide (1967) de Arthur Penn, en el que un policía, interpretado por el veterano actor Denver Pyle, cree haber sorprendido desprevenidos a los dos célebres atracadores que protagonizan el film y que va a detenerlos. Sin embargo, al que pillan desprevenido es a él, ya que otro miembro de la banda aparece de improviso y logra reducirlo. La que él creía posible detención se acaba convirtiendo en un momento de ridículo en el que los delincuentes se empiezan a tomar fotos con él convirtiéndolo en una especie de trofeo de caza. Conforme la película avanza, este policía se tomará la detención de la pareja de atracadores como algo personal y no cejará en su empeño hasta poder vengarse de la humillación sufrida. El personaje interpretado por Denver Pyle se llama Frank Hamer y existió realmente, y, efectivamente, fue el responsable de la captura final de los dos famosos criminales.



Momento de Bonnie y Clyde de Arthur Penn en el que los protagonistas ridiculizan al personaje interpretado por Denver Pyle


Sin embargo, la visión que se ofreció de él en la película de Arthur Penn no podemos afirmar que se corresponda exactamente a la realidad. De hecho, en el momento de su estreno, ello ya provocó una demanda por difamación por parte de la viuda y del hijo de Frank Hamer, quienes lograron ser indemnizados en virtud de un acuerdo extrajudicial. Es necesaria toda esta explicación previa para poder comprender plenamente el espíritu de Emboscada final, una producción de Netflix que intenta ahondar en la figura de real de este ranger de Texas (que aquí encarna Kevin Costner) y de su compañero Maney Gault (interpretado por Woody Harrelson), y, de paso, posiblemente desmontar toda una montaña de mitos que perviven (en parte gracias al imaginario colectivo, en parte por el fuerte influjo que ejerce la película de Penn) en torno a la famosa pareja de atracadores que dejó huella de sus andanzas por Texas, Oklahoma, Missouri, Indiana, Minnesota, Louisiana, Arkansas, Colorado y Mississippi.




Una de las principales virtudes de Emboscada final es que creo que no pretende establecer una leyenda “rosa” de la figura de Frank Hamer frente a la leyenda “negra” que levantó la película de Arthur Penn. Más bien, al contrario, ofrece una imagen ajustada de su actuación en el caso, con sus luces y sus sombras, pero que retrata guiada por un prurito profesional y, sobre todo, por su afán de hacer justicia por los policías asesinados por los dos atracadores. En relación a estos, la película sí carga las tintas en mayor medida pero, al mismo tiempo, muestra con nitidez el duro contexto de crisis económica, miseria y desconfianza hacia las instituciones que provocó la Gran Depresión y que explica la admiración que Bonnie y Clyde despertaron a nivel popular. En relación a la factura general del film, es ilustrativo el tono “anticlimático” y “antiépico” del momento clave de la historia, detalle suficientemente ilustrativo de su voluntad y de sus intenciones.




Con unas brillantísimas y sobrias interpretaciones de Kevin Costner y Woody Harrelson, la realización de John Lee Hancock (autor de los guiones de Un mundo perfecto – 1993– y Medianoche en el jardín del bien y del mal – 1997– de Clint Eastwood y director de El novato – 2002–, El Álamo: La leyenda – 2004–, Un sueño posible – 2009–, Al encuentro de Mr. Banks – 2013– y El fundador – 2016–) sabe combinar la agilidad narrativa, el certero diseño en la caracterización de los personajes y una esmerada recreación de la época en que se desarrolla la historia.




Posiblemente, no quepa entender Emboscada final tan solo como una reconstrucción de los hechos reales que llevaron a que Frank Hamer y Manie Gault pusieran fin a las andanzas de Bonnie Parker y Clyde Barrow sino como un ajuste de cuentas mucho más amplio contra, por ejemplo, el ideario en el que se gestó la película de Arthur Penn y una reivindicación de un ideario diferente, más enraizado en valores y postulados tradicionales y que son los que, en última instancia, impregnan el espíritu de la era Trump. Por lo tanto, más allá de las apariencias, Emboscada final es una película que dispara en profundidad a favor de una determinada concepción de la realidad y que lo hace de la forma que cree más efectiva posible: intentando desmontar falsedades ajenas como argumento de apoyo para las ideas propias. Con ello y con sus aciertos estéticos y narrativos, la película logra una eficacia funcional que, sin convertirla en una obra maestra, sí hace posible contemplarla como un preciso mecanismo de relojería que nos lleva al punto exacto que el film pretendía, quizás sin ninguna genialidad pero sí con habilidad suficiente como para que no chirríe nada en su funcionamiento.


TRÁILER DE LA PELÍCULA:







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