EL FESTIVAL DE MÁLAGA A FONDO. DOCUMENTALES (4): LAS CRUCES DE TERESA ARREDONDO Y CARLOS VÁSQUEZ MÉNDEZ





Desgraciadamente, en demasiadas ocasiones el brutal torrente de la Historia arrastra con sus acometidas a seres indefensos frente a la colosal maquinaria del poder, un poder construido desde la fuerza y la imposición y no desde el impulso y servicio a la ciudadanía. También, desgraciadamente, en demasiadas ocasiones los crímenes perpetrados por ese poder violento y coaccionador quedan impunes e, incluso, acaban siendo amparados por la ocultación y el anonimato. El documental chileno Las cruces de Teresa Arredondo y Carlos Vásquez Méndez indaga en uno de esos casos en los que no llega a existir una verdad oficial que condene a responsables y culpables y hace un encomiable esfuerzo por reconstruir las investigaciones judiciales realizadas en torno a la desaparición y asesinato en Chile de 19 militantes de izquierda en los días inmediatamente posteriores al golpe de estado del general Pinochet contra el presidente Allende el 11 de septiembre de 1973.

Cuando un documental como Las cruces se enfrenta a un reto como el que su historia representa tiene que superar un obstáculo que puede parecer insalvable: cómo narrar en imágenes un hecho del que no existen imágenes, del que no puede existir material audiovisual porque tal hecho tuvo lugar bajo las condiciones de encubrimiento propias de la guerra sucia. En ausencia de unas imágenes imposibles, el documental es la búsqueda por encontrar en el paisaje los ecos de situaciones de violencia y muerte, la constatación de la existencia de estructuras de poder que imponen su fuerza y logran acallar cualquier tipo de reacción o respuesta y la impotencia ante la incapacidad de los mecanismos institucionales y judiciales para hallar con la verdad de lo sucedido y hacer justicia. Es decir, Las cruces es un intento de dar narratividad a lo no-narrado, a lo que se le ha prohibido tener narración o relato en virtud de consagrar unas determinadas situaciones injustas de poder en el seno de una comunidad.



Escena de Las cruces


Para hablar de Las cruces y profundizar en sus claves, entrevistamos a sus dos codirectores que nos explicaron cómo surgió el proyecto, cómo lo plantearon y cómo fueron las investigaciones reconstruidas en el film y cuál es el estado actual de las mismas.



Teresa Arredondo y Carlos Vásquez Méndez, codirectores de Las cruces


CINE ARTE MAGAZINE: Buenos días, Teresa y Carlos. Os empezaría preguntando como descubristeis el caso que se narra en el documental y cómo surgió la oportunidad de realizarlo.

TERESA ARREDONDO: Conocimos el caso hace unos cinco años, aproximadamente, a partir de un reportaje de investigación  que se publicó en una revista chilena, Ciper https://ciperchile.cl/, sobre el caso y también publicaron las primeras confesiones de los policías implicados. Al leer esas confesiones, una tras otra, es como muy impactante y, a partir de esas primeras sensaciones, esas primeras emociones, fue como decidimos hacer una película sobre el caso. Este fue nuestro primer encuentro con el tema.

CINE ARTE MAGAZINE: ¿Fue fácil llegar al lugar de los hechos y empezar a investigar sobre el tema y ver cómo se podía relatar la historia?

CARLOS VÁSQUEZ MÉNDEZ: Al principio, como ha contado Teresa, cuando leímos esas confesiones a través de las investigaciones periodísticas sobre el caso, contactamos con el periodista y lo que vimos fue que había hecho era publicar un material que no estábamos seguros si se podía abrir o no de forma general al público porque la causa todavía estaba en curso. Ni estaba cerrada ni había sentencia. Empezamos a dialogar con él, a ver el material que había pero el momento en que toda nuestra indagación pareció encontrar el cauce adecuado fue cuando apareció el abogado de las víctimas. Y él, que también es hijo de una de las víctimas, fue la llave para poder acceder a las carpetas del proceso y para poder comprender toda la complejidad del caso. Fue cuando empezamos a desarrollar de lleno el proyecto.



Presentación de Las cruces por sus dos codirectores antes de la proyección del documental en el Festival de Málaga


CINE ARTE MAGAZINE: Los primeros pasos del proceso judicial fueron en 1979. Es decir, todavía mandaba en el país la dictadura militar. ¿Existía alguna posibilidad en ese momento de que se llegara a aclarar todo lo que sucedió?

TERESA ARREDONDO: Realmente, no. De hecho, ya llama la atención que se haya abierto un caso en ese momento, en plena dictadura. Se avanzó increíblemente, bastante… De hecho, en 1979 se encontraron los cuerpos. Y hubo como una persona muy importante, un juez de instrucción, Martínez Gaensly, que hizo posible que el caso avanzara. Pero estaba claro que iba a haber un momento en que ya no se podría seguir avanzando, teniendo en cuenta, además, que los tribunales estaban en manos de los militares. Y, obviamente, el caso se cerró sin ningún tipo de resolución. Solo después de muchos años, se volvió a abrir. Ha habido como tres momentos en el caso similares a este, con tres jueces distintos, y actualmente sigue abierto.

CARLOS VÁSQUEZ MÉNDEZ: Una cosa que estaría bien mencionar es que los familiares de las víctimas consideran que ese primer juez de instrucción que hubo en el año 1979, Martínez Gaensly, fue una persona que aportó muchísimo a la investigación. Ya falleció y lo consideran como un juez con una valentía admirable por enfrentarse a las obstrucciones de los militares y por tener la confianza de que la justicia podía ser todo lo independiente posible en esa época. Los familiares, que sospechan en general de todo el proceso, sí consideran a él como alguien valioso.

CINE ARTE MAGAZINE: ¿Por qué creéis que, acabada la dictadura, y que, por tanto, no parecen existir impedimentos políticos para la investigación del caso, el mismo sigue sin estar cerrado?

TERESA ARREDONDO: Este caso, específicamente, está totalmente atravesado por la participación de civiles y, sobre todo, por la participación de civiles dueños de una empresa que pertenece a una de las familias con más poder en Chile y Latinoamérica. Si ya es difícil en cualquier caso de derechos humanos llegar a algún tipo de sentencia, en este caso ha sido más complicado aún. Justamente por eso. Hay gente que actualmente sigue en el poder, que sigue ejerciendo… Me parece que es un elemento que ha influido muy fuertemente. Todavía hay muchísimos miedos. Cuando nosotros estuvimos rodando la película en el mismo pueblo, la CMPC, que es la empresa, sigue siendo de alguna manera como un fuerte que está ahí operando y la gente sigue sintiendo mucho miedo. La gente sigue trabajando allí y, por tanto, todo esto se convierte en un tema delicado. Creo que eso tiene mucha influencia a la hora de poder avanzar con el juicio.

CINE ARTE MAGAZINE: Es decir, creo entender que el problema sería que no se podría reducir la culpabilidad o responsabilidad a un número reducido de personas sino que se desvelaría una trama que implicaría a mucha más gente.

CARLOS VÁSQUEZ MÉNDEZ: Sí. De hecho, el juez que lleva ahora el caso, ha intentado cerrar el caso y dictar sentencia en años recientes pero los familiares y su representante legal ha interpuesto otros recursos para que la investigación se amplíe a la empresa. El juez lo que ha querido hacer es dejar a la empresa fuera, sentenciar a los policías involucrados pero dejar la participación privada fuera. Y los familiares han querido alargar el proceso porque no quieren que esa participación se deje de lado. Obviamente, el interés de la justicia es no abrir esa caja de Pandora, que sería un antecedente muy fuerte y potente en Chile y entonces ahí está un poco la lucha actualmente.

TERESA ARREDONDO: Recientemente, hace unos meses, han procesado a tres o cuatro implicados de la CPMC. Al menos, están procesados. Eso ya es un avance, más allá de que al final no haya sentencia o se dicte que no están implicados. Es un avance porque desde 1979 hasta hoy, nunca se había procesado a nadie de la empresa.



Escena de Las cruces


CINE ARTE MAGAZINE: En este sentido, vuestro documental ilumina una faceta del golpe militar del que, hasta ahora, no se había hablado. Se habla siempre del golpe militar, de la dictadura militar, se insiste mucho en el adjetivo “militar”, pero nunca se habla de que había una parte civil que era la columna vertebral del régimen y que participan durante la represión de los primeros momentos.

TERESA ARREDONDO: Para nosotros, era un tema muy importante de tratar. Porque se ha tratado muy poco. Siempre se ha hablado de los militares pero fue muchísima la participación de civiles en la dictadura, con apoyos de distintas maneras. Se hizo todo lo que se hizo gracias a esa participación de civiles. Y, además, este caso, específicamente, se habla de otro tema importante: no fueron militares los que hicieron la matanza, fueron policías. Mandados por militares pero, en alguna manera, todo ello retrata el círculo del horror que se fue articulando. No sé cuántos casos más habrá en los que son policías los directamente responsables…

CARLOS VÁSQUEZ MÉNDEZ: Sí, son casos en que toman decisiones sin esperar instrucciones desde arriba. De alguna forma, ven en el golpe de estado la oportunidad de tomar venganza, después de tres años en los que ellos consideraban que habían sido desprestigiados, eso al menos es lo que dicen que ocurrió con Allende, y, en este caso, se llega a ver las justificaciones o el argumento de por qué hacen lo que hacen, que es incomprensible o absurdo… La película lo que propone es intentar razonar o acompañar a algo que creemos que es necesario hacer: escuchar a los victimarios y tratar de entender que la posibilidad de la que Hannah Arendt hablaba, la de la “banalización del mal”, es algo que siempre está presente. De alguna forma, un vecino, alguien de tu propio pueblo, puede tomar una serie de decisiones que son monstruosas y horrorosas…

TERESA ARREDONDO: Como que se deja de un lado lo humano y se sigue una orden que consiste en decir que “nos hace falta más espacio, eliminen a esa gente”. Nada se cuestiona, inmediatamente se ejecuta la orden y, bajo esas circunstancias, no hay ningún tipo de cuestionamiento.

CARLOS VÁSQUEZ MÉNDEZ: Cuando hemos presentado la película, nos ha llamado la atención de que hay gente que viene de provincias que comenta que situaciones similares pasaron en muchos pueblos de Chile, en los que los uniformados del pueblo tomaban represalias contra los sindicalizados, contra militantes de partidos de izquierda, contra representantes del gobierno de Allende… Era algo que se repetía mucho. Es lo mismo que tuvo que pasar con los “privados” y con las empresas que tenían sindicatos o trabajadores que estaban asociados a la izquierda. Hay un periodista, que se llama Javier Rebolledo, que, en el tiempo en que nosotros estuvimos haciendo la película, hizo una investigación sobre la participación de los “privados”, de los empresarios, y causó mucha polémica. Creo que él fue el primero en hablar de ese tema.




Escena de Las cruces


CINE ARTE MAGAZINE: Digamos, entonces, que el caso de Las cruces es un caso más de cientos de casos que hay en todo Chile. Y lo que queda un poco en la duda es el grado de orquestación de la operación, es lo que está envuelto en una gran bruma. En la película, hay testimonios de procesados, por ejemplo, que no coinciden sobre si había listas negras o no. El teniente que da el testimonio, no sabemos si con la intención de rebajar el grado delictivo, dice que no fue algo planeado y que fue algo inesperado. No sabemos si el testimonio es sincero o no porque si el mismo se da por válido, el grado de su delito baja automáticamente… Pero es difícil pensar en una improvisación cuando hay tantos casos que se repiten similares en todo el país.

TERESA ARREDONDO: De hecho, el primer testimonio que da el policía que rompe el pacto de silencio es el que es más crudo. Y después, todos se han ido retractando. Parece lógico pensar que es porque ha habido la participación de alguien que les ha dicho lo que deben decir o no en el proceso para mejorar su situación en el proceso. Por ejemplo, el tema del alcohol, si habían tomado o no. El tema de las listas negras. El tema principal, de si fue planificado o no, la participación de la empresa… Hay como muchos elementos en los que uno puede empezar a suponer ciertas cosas, después de leer todas las carpetas y leer todos los testimonios contrastados de los policías, porque hay mucha diferencia entre los primeros testimonios y los últimos.

CARLOS VÁSQUEZ MÉNDEZ: Precisamente la película y la estructura de la película pretenden ofrecer al espectador los materiales para que, por ejemplo, haya un análisis, dentro de la dificultad de poder hacerlo en los 80 minutos en que dura el documental, de los atenuantes que ellos alegan, de esa forma de justificar el horror, que supongo que es lo que les permitió dormir y seguir viviendo y soportar de alguna forma lo que habían hecho, y de ver cómo van modificando sus testimonios y acomodándolos. Lo que nosotros planteamos es ver cómo es la justicia es la que escribe la historia oficial pero considerando, al mismo tiempo, que su forma de interrogar, de plantear una investigación también tiene sus limitaciones. En teoría, es quien descubre la Verdad, con mayúsculas, pero nosotros también ponemos muchos interrogantes en esa manera de buscar la verdad y de escribir la historia oficial sobre lo que realmente ocurrió.




Escena de Las cruces


CINE ARTE MAGAZINE: Para terminar, me gustaría hablar de dos aspectos estrictamente cinematográficos. El primero, es el gran problema, que ya se planteaba en el famoso documental Noche y niebla de Alain Resnais, de cómo contar en imágenes una historia cuando no hay imágenes: no hay imágenes del holocausto y, por tanto, la única posibilidad es encontrar los ecos del mismo en los lugares donde se produjeron los hechos. En Casas Viejas. El grito del sur, lo que Basilio Martín Patino hace es imaginar que documentalistas de la época van al lugar y ruedan, con lo que se supone que es el estilo de cada uno de ellos, imágenes de lo que allí ocurrió. Aquí sucede lo mismo: no hay imágenes de la represión de la dictadura y hay que contar una historia directamente relacionada con la misma. Vosotros os decantáis, más bien, por la primera opción, y a lo largo del film vemos imágenes de la localidad donde se produjeron los hechos y de todo su entorno. No sé si la idea es transmitir cierta sensación de impotencia, mostrando que la realidad sigue adelante a pesar del crimen cometido y que todo sigue su ritmo rutinario como si nada hubiera pasado… ¿Qué hay detrás de esa forma de contar la historia?

CARLOS VÁSQUEZ MÉNDEZ: A nosotros nos interesaba mucho la discusión sobre la capacidad del cine de representar el horror. Intentamos discutir y plantear un debate sobre qué podíamos hacer con el tema que estábamos tratando. Nos interesaba mucho el tema sobre la Historia, sobre la posibilidad de cuestionar la Historia, de reescribir la Historia y nos empezamos a dar cuenta de que una manera de desarrollar y contar este proyecto era de intentar mirar en el presente las ruinas de esa Historia que estaban a nuestro alrededor. Hay un neologismo, una palabra que no existe en castellano, y es “presentizar” el pasado. Y era una manera de decir que, a pesar de utilizar archivos judiciales, como no hay imágenes, no hay documentación visual de lo que ocurrió, el cometido o meta de la película era sentir el eco de esos hechos del pasado y ver que realmente ello no era imposible. Porque al trabajar con los familiares, veíamos que esas heridas, ese dolor, ese peso estaban allí, vivos, generando, de alguna forma, todavía un pesar bastante amplio y potente. Nosotros también nos empezamos a dar cuenta de que ese paisaje rural había perdido inocencia. Nosotros indagamos un caso pero en esa zona hubo muchos conflictos y hubo muchos casos similares.

CINE ARTE MAGAZINE: El segundo elemento cinematográfico que me gustaría destacar es el de las cruces que van apareciendo al final y que casi son un símbolo de lo que no hay… No son cruces de tumbas, son cruces de posibles tumbas… Es un símbolo de que aún existen interrogantes sobre este caso y sobre todos los que sucedieron en esos años…

TERESA ARREDONDO: Esas cruces son, específicamente, una tradición que hay en el sur y en esa zona, que consiste en que, al ir al cementerio a enterrar a alguien, en el camino se van dejando cruces. Fue algo con lo que nos encontramos en el rodaje. Mientras transitábamos por la zona viendo los lugares, empezamos a ver esto y nos pareció superfuerte, simbólicamente hablando, visualmente hablando… Y empezamos a filmarlas y las utilizamos en la parte final de la película.

CARLOS VÁSQUEZ MÉNDEZ: Es una licencia poética que nos tomamos pero hay que decir que la película se llama Las cruces es por algo en lo que no ahondamos del todo pero enseñamos en alguna escena y es el hecho de que a los familiares les cuesta mucho encontrar el sitio exacto donde fueron fusiladas las víctimas porque los policías van cambiando su versión. La crueldad llega a tal nivel que primero dicen que es un lugar, después dicen otro, después dicen otro diferente… Van moviendo, de algún modo, ese lugar de memoria en el que colocan una cruz, en el que todo es muy precario, en donde tienen que marcar en el bosque porque la empresa un día puede talar todos esos árboles y perderse la referencia del sitio…

TERESA ARREDONDO: Las familias no pueden hacer un memorial…

CARLOS VÁSQUEZ MÉNDEZ: Ellos se encargan de hacer cruces, ellos se encargan de cambiarlas y ubicar el lugar nuevo. Y, al final, ese símbolo de la cruz se empezó a hacer presente a lo largo de todo el rodaje.

CINE ARTE MAGAZINE: ¿Qué recorrido ha tenido el film hasta ahora?

TERESA ARREDONDO: El estreno mundial tuvo lugar en Film Marsella en julio del año pasado. En Chile, se estrenó en el Festival de Valdivia. Después, estuvo en FIDOCS, el Festival Internacional de Documentales de Santiago, en ANTOFADOCS, el Festival Internacional de Documentales de Antofagasta, que ahora se llama ANTOFACINE, estuvimos en el Festival de La Habana, en el Festival de Mar del Plata, en el Festival First Look en Nueva York, en el Festival Transcinema, en Lima.. Ahora, en mayo, vamos a Corea…



Coloquio posterior a la proyección de Las cruces en el Festival de Málaga


Como pueden ver, el amplio recorrido por festivales de Las cruces es una señal evidente del interés que este documental ha generado y una prueba de la universalidad de su mensaje y de su historia que, mucho más allá de las circunstancias del caso (ya de por sí impactantes y contundentes), son un testimonio intemporal del dolor de unas víctimas que no cejan en su lucha para conseguir que la impunidad no acabe triunfando y la justicia sea un valor presente en la vida colectiva más allá de procedimientos y fríos mecanismos burocráticos.




 José Manuel Cruz, entre Teresa Arredondo y Carlos Vásquez Méndez, codirectores de Las cruces


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