EL FESTIVAL DE MÁLAGA A FONDO. 12 CORTOMETRAJES A RECORDAR







En el tramo final de nuestra revisión de todo lo que ha dado de sí el 22º Festival de Málaga, llega el turno de los cortometrajes, un formato de creciente calidad que cada vez se autoexige más en virtud de la cada vez mayor competencia que existe entre los realizadores jóvenes para poder acceder al sector audiovisual y realizar su primer largometraje. Habiendo ganado Benidorm 2017 la Biznaga de Plata al Mejor Cortometraje de Ficción de la Sección Oficial, Eva Saiz la Biznaga de Plata a la Mejor Dirección por Mujer sin hijo, corto que también ganó el Premio del Público, el nivel de la Sección Oficial fue alto y nos ha costado trabajo hacer una selección para nuestro artículo. Al final, hemos elegido doce, todos ellos estupendos, habiendo quedado fuera algunos de los que también nos gustaría haber hablado. Esperamos que el formato cortometraje encuentre los medios adecuados para su divulgación y que el público lo acepte como un elemento más de la amplia oferta audiovisual ya existente. Sería un avance que permitiría que muchas joyas ocultas salgan a la luz que se merecen.

#1 De repente, la noche de Cristina Bodelón e Ignacio de Vicente


Una soberbia Marta Nieto se convierte en el alma de un corto que reúne una intensidad dramática inusitada y, al mismo tiempo, un grado de contención prodigioso. Una contundente fábula sobre la maternidad, sobre las tensiones intrafamiliares, sobre sentimientos al límite que ha sido correalizada por dos de los productores de Trinta lumes (2017) de Diana Toucedo (una de las grandes revelaciones del certamen del año pasado) y que, a partir de una historia de factura realista, acaba siendo un ejercicio inquietante, desasosegante y perturbador. Un corto impactante cuya concisión ayuda al golpe de estómago que provoca en el espectador.

#2 Los inocentes de Guillermo Benet


Tomando como base un hecho ampliamente divulgado por un famoso documental reciente, Guillermo Benet crea un cortometraje de ficción que emplea como estrategia narrativa una inteligentísima fragmentación que, poco a poco, va cogiendo forma hasta que el mosaico completo se muestra con nitidez al espectador. Destacando en el campo interpretativo a una Olivia Delcán que realiza una asombrosa transfiguración física, Los inocentes demuestra un agudo sentido del montaje, de la fotografía y del encuadre por parte de su director, un nombre a seguir para el futuro inmediato.

#3 What is Love de Paco Caballero


Verónica Echegui y Miki Esparbé se marcan un sinuoso y volátil pas à deux en un plano secuencia que hace navegar la cámara por los recovecos de una fiesta en cuyo seno laten tanto las ganas de divertirse como el peso de la rutina y los deseos de trascender la gris realidad. Porque el amor siempre se mueve entre esos impulsos contradictorios: la enorme exaltación que promueve en los espíritus, las expectativas que genera de cara a superar la monotonía de los días y el desgaste que provoca la convivencia continua y el fin de la pasión inicial. De todo eso habla What is Love de Paco Caballero, que es a la vez un ejercicio de virtuosismo técnico y un ejemplo de cómo, con un tono humorístico y de comedia, se pueden tratar muchos grandes temas, entre ellos la dificultad para lograr que las relaciones de pareja salgan adelante.

#4 Benidorm 2017 de Claudia Costafreda 


Un tsunami se acerca a Benidorm y hay que evacuar, a toda prisa, esa localidad costera. ¿Qué cabe esperar a partir de esa premisa? Una historia de terror, de catástrofes, quizás de ciencia-ficción, ¿no? Pues nada de eso. Claudia Costafreda convierte ese punto de partida (que acaba siendo un macguffin en toda regla) en el relato de un reencuentro de una madre y un hijo que tendrán que saldar cuentas pasadas, reconstruir sus relaciones rotas y seguir adelante con sus vidas conociéndose mejor tanto una al otro, como uno a la otra como cada uno de ellos a ellos mismos. Con una gran dirección de Claudia Costafreda, dos grandes interpretaciones de Yolanda Ramos y Tamar Novas y mucho humor marciano, Benidorm 2017 es un corto de aire ágil y liviano pero que esconde ácidas y agudas reflexiones en su interior.



De izquierda a derecha, Tania Gabrielli (directora de arte de Benidorm 2017), Eva Saiz, Ignacio de Vicente, Cristina Bodelón, Ignacio Vuelta y Mario Fernández Alonso (director del corto Nuestro amor)


#5 Después también de Carla Simón


Carla Simón triunfó en el Festival de Málaga de 2017 con Verano 1993 y volvió a la edición de 2019 con este cortometraje encargado por la CESIDA (Coordinadora Estatal de VIH y Sida) para concienciar a la población entre 17 y 20 años sobre la necesidad de detección precoz de la enfermedad. Aparte de su dimensión obviamente pedagógica, Después también no se limita a acomodarse en la misma sino que su realizadora sabe desarrollar un riguroso ejercicio de virtuosismo narrativo perfectamente construido. Con una estructura circular y con algunos momentos de humor que ayudan a evitar caer en sobredramatismos en relación al tema abordado, Después también es una nueva muestra del buen hacer de Carla Simón, de quien ya esperamos con impaciencia su próximo largometraje.

#6 Sin pausa de José Cachón


No tener trabajo y que te surja uno para el que la naturaleza te ha dado muy pocas habilidades. Esa es la sencilla premisa del corto de José Cachón pero a la que el realizador sabe sacarle partido provechosamente con una eficacísima dirección de actores y un estilo ágil, sobrio y directo. Con un humor inteligente alejado de cualquier tópico o convencionalismo, Sin pausa ofrece bastantes virtudes como para vislumbrar que el estilo de José Cachón tendrá el suficiente recorrido en el futuro como para ofrecernos amplias muestras de su particular talento.

#7 Mujer sin hijo de Eva Saiz 


Eva Saiz demuestra con su corto una enorme habilidad para que sus imágenes hablen por sí mismas, combinando, a la vez, humor y ternura. Con una historia que reúne rasgos modernos (con esas apps que ayudan a buscar pisos o habitaciones para alquilar) y rasgos de las películas españolas de toda la vida (piensen en Calle Mayor de Juan Antonio Bardem o La tía Tula de Miguel Picazo), no es de extrañar que este corto ganara el premio a la mejor dirección y el premio del público porque la fuerza y precisión con que sus personajes han quedado caracterizados  (con dos estupendas interpretaciones de Susana Alcántara y Marcelo Carvajal), las sutilezas con que se desarrolla la narración y el tono entrañable del relato convierten a Mujer sin hijo en un título para recordar y para pedir a Eva Saiz que nos cuente muchas más historias como la que aquí nos narra.

#8 Das neue leben de Ignacio Vuelta Martínez


Una mujer casada con una niña pequeña sale a comprar cervezas pero su paseo acaba siendo más largo de lo esperado. En este corto de Ignacio Vuelta Martínez, con una gran interpretación de Isabelle Stoffel, se expresa ese íntimo desconsuelo de quien ha decidido encarrilar su vida por los cauces aceptados pero no se acaba encontrando a gusto en ellos. Das neue leben es un corto que habla poco con palabras y mucho con imágenes, para expresar un retrato certero de un sentimiento con el que muchos espectadores empatizarán y conectarán.



De izquierda a derecha, las hermanas Elena, Eva y Marina Pauné, Felipe Arnuncio, José Cachón, Álvaro de Miguel (director de Mi madre no me entiende), Guillermo Benet, NYSU (director de Catenaccio), Frankie De Leonardis e Itziar Castro


#9 La mala fe de Elena Pauné, Eva Pauné y Marina Pauné


Al ver este cortometraje de las hermanas Elena, Eva y Marina Pauné, es inevitable recordar esas palabras de Andrei Tarkovski sobre el cine como arte que se dedica a “esculpir el tiempo”. Con una fotografía pulcra y deslumbrante y con un minimalismo  de gran potencia expresiva, La mala fe es la reconstrucción esmerada de determinados momentos de la infancia y la adolescencia que marcarán toda una vida. La historia se dibuja difusa entre los fotogramas pero, por encima de ello, están la fuerza de los sentimientos, de las emociones y los primeros atisbos de una madurez que empieza a amenazar paraísos que creíamos eternos. Y diciendo esto, estamos diciendo que La mala fe nos recuerda a esos versos de Antonio Machado que nos hablaban de que “borrada la historia/contaba la pena”. En este caso, no es la pena sino la sensación de que los años de niñez ya empiezan a formar parte del pasado.

#10 Suc de síndria de Irene Moray


Las apariencias serenas y tranquilas pueden esconder muchos dramas a superar y cicatrizar. Lo íntimo puede acabar siendo invadido por problemas sociales y colectivos que no sabemos afrontar o a los que no queremos mirar de frente para no intranquilizar a la bonita fachada que nos hemos construido para no tener que pensar demasiado. Suc de síndria de Irene Moray nos habla de que los tópicos, las frases hechas, las convenciones aceptadas sin ponerlas en duda y todo un muro de indiferencia provocan que las personas tengan que esconder en el silencio el dolor que les agita. Las interpretaciones de Elena Martín y Max Grosse funcionan eficazmente para hacer creíble este relato sobre heridas a cerrar que tienen que ser curadas saltando por encima de la tendencia común de mirar hacia otro lado y eludir realidades que nos resultan profundamente incómodas.

#11 La herencia de Felipe Arnuncio


Creo que solo en España sabemos acabar haciendo humor con una incineración, una urna llena de cenizas de un padre recién fallecido y una pírrica herencia. Pero, claro está, es un humor muy particular pero que, no obstante, sabe ser inteligente retrato de una sociedad, de una época y de una generación. Por debajo de su tono de comedia, Felipe Arnuncio, en La herencia, sabe contar con brillantez una historia que, en principio, presentaba muchos riesgos pero que el realizador sabe eludir a las mil maravillas para hacer encajar a la perfección elementos que parecían discordantes e incompatibles.

#12 Flotando de Frankie De Leonardis



¿Se puede combinar ciencia-ficción, reflexión metafísica y humor? Parece imposible pero Frankie De Leonardis, en este corto que cuenta con la colaboración de Itziar Castro en la producción y el casting y con Daniel Horvath y Secun de la Rosa como protagonistas, lo consigue. En ocho minutos, Flotando nos atrapa, nos deja perplejos, nos hace reír y, finalmente, nos queda helados con su sorprendente desenlace. Y lograr eso en tan corto espacio de tiempo (o en tan pequeño espacio-tiempo atendiendo a Einstein), tiene mucho mérito.




De izquierda a derecha, Paco Caballero, Max Grosse, Elena Martín, Óscar Vincentelli (director de Violeta + Guillermo), Alexis Delgado Búrdalo (director de Fuego), David Velduque (director de Estigma) y Carla Simón




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