Entre el viernes 22 de abril y el
domingo 1 de mayo, hemos podido disfrutar de una nueva edición del Festival de
Málaga – Cine Español.
Aunque Málaga no se lo acabe de
creer (y la industria española del séptimo arte, tampoco), es una ciudad muy
cinematográfica, por lo que no cabe dudar de la oportunidad de celebrar en ella
un festival de cine. En primer lugar, el público siempre se vuelca con el
certamen, se ven largas colas en taquillas y es casi imposible asistir a un
pase que no cuente con una afluencia masiva de espectadores. En segundo lugar,
es un lujo contar con tres sedes tan hermosas como las que constituyen el
epicentro del festival: el Teatro Cervantes, el Cine Albéniz y el Teatro
Echegaray, las cuales ayudan a retrotraernos al espíritu de la edad de oro del
cine, a la época en la que acudir a ver una película era siempre un
acontecimiento especial y la promesa de mundos desconocidos y descubrimientos
fascinantes.
Teatro Echegaray
Quizás, para acabar de convencer
a la ciudad de su carácter cinematográfico, la exposición fotográfica de este
año en la calle Larios se ha centrado en los rodajes que han tenido lugar en
Málaga. No es de extrañar que los equipos de tantos films se hayan trasladado a
la capital de la Costa del Sol para desarrollar en ella sus proyectos. Aquí, sin
querer ser exhaustivos, hay muestras de la época romana (con el Teatro Romano
en la calle Alcazabilla como buque insignia) y de la época musulmana (con la
Alcazaba), hay una Catedral construida entre los siglos XVI y XVIII, hay un
centro histórico que muestra el esplendor económico de la ciudad en el siglo
XIX, un entorno urbano surgido a raíz de la explosión y auge del turismo y un
Parque Tecnológico que mira a las formas y modos arquitectónicos del siglo XXI.
Por tanto, hay escenarios susceptibles de ser utilizados en películas muy
diferentes entre sí.
Ejemplos recientes de ello son The Visual Bible: The Gospel of John (2003)
de Philip Saville, El puente de San Luis
Rey (2004) de Mary McGuckian, Soldado
de Dios (2005) de W. D. Hogan, Rey
Gitano (2015) de Juanma Bajo Ulloa, Toro
(2016) de Kike Maíllo y las películas hindúes Heart Attack (2014) de Puri Jagannadh y Jil (2015) de K. K. Radhakrishna Kumar.
Robert de Niro en El puente de San Luis Rey
Escenas de El Puente de San Luis Rey rodadas en la
Catedral de Málaga y en su entorno.
Escenas de Toro, película que inauguró, fuera de
concurso, la 19ª edición del Festival de Málaga.
Y, por supuesto, directores
malagueños y andaluces la han escogido como escenario para sus películas y ahí
están para demostrarlo El camino de los
ingleses (2006) de Antonio Banderas, Clandestinos
(2007) de Antonio Hens, 321 días en
Michigan (2014) de Enrique García, Caen
piedras desde el cielo (2014) de Rafael Robles “Rafatal” o Las hijas de Danao (2014) de Fran
Kapilla.
Rodaje de Las hijas de Danao
Comentarios
Publicar un comentario