EL PASADO (o una
película que va sobre… el pasado)
TÍTULO: El pasado. TÍTULO
ORIGINAL: Le passé. AÑO: 2013. NACIONALIDAD: Francia-Italia. DIRECCIÓN Y GUIÓN: Asghar
Farhadi. MÚSICA ORIGINAL: Evgueni Galperine y Youli Galperine. DIRECCIÓN DE
FOTOGRAFÍA: Mahmoud Kalari. MONTAJE:
Juliette Welfling. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Bérénice Bejo, Ali Mosaffa, Tahar
Rahim, Pauline Burlet, Elyes Aguis, Jeanne Jestin. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.golem.es/distribucion/pelicula.php?id=314 y https://www.facebook.com/le.passe.farhadi.
Uno de los grandes problemas a la
hora de hacer la reseña de una película es que, con la habitual urgencia con
que se realiza, es fácil llegar a conclusiones precipitadas que pueden dar
lugar a numerosos errores de apreciación: detectar interpretaciones en el
argumento en las que el director, de hecho, no ha pensado; dar mayor
importancia a aspectos que no pasan de ser secundarios en la concepción global
de la cinta; pasar por alto elementos cuyo peso es significativamente relevante…
Cuando el director iraní Asghar Farhadi realizó en el año 2011 el film Nader y Simin, una separación, el mismo
fue visto como una crítica al régimen fundamentalista de su país. No se puede
negar que la existencia de una mirada que implicaba una censura clara hacia
determinados aspectos de la sociedad iraní estaba presente en la película. Pero
no es menos verdad que, a la luz de El
pasado, debemos poner en paréntesis que la clave fundamental de su anterior
título sea la crítica al régimen islamista (en última instancia, sólo habría,
en sentido estricto, una escena que justificaría tal afirmación).
Porque El pasado, donde seremos testigos de una trama que tiene muchos
aspectos en común con las de Nader y Simin,
una separación (hay un divorcio, se producen hechos dramáticos que obligan
a todos los personajes a plantearse si sus acciones han tenido un fundamento
moral sólido, hay una intensa obsesión por esclarecer toda la verdad, hay un
final abierto donde todos acaban siendo perdedores), se desarrolla en la laica
y secular Francia, lo más opuesto que podamos imaginar en relación a Irán. Si argumentos de un mismo director, que
tienen lugar en países tan diferentes, tienen tantas similitudes, quizás haya
que plantearse si la mirada de Farhadi aspira a una cierta universalización, a hablar
de problemas y pulsiones que se pueden dar en cualquier lugar o latitud.
Porque, en el fondo, tanto El pasado como Nader y Simin, una separación nos hablan de qué es lo que provoca que,
en muchas situaciones, no podamos avanzar o, yendo más allá, si en determinadas
circunstancias avanzar no resulta posible. Y, en todos los casos, es el pasado
la gran losa que nos limita y condiciona, un pasado que sigue estando presente
y que ya no está pero que tampoco acaba de irse. Un sentimiento amoroso que no
se ha agotado, unos comportamientos de los cuales todavía estamos pagando las
consecuencias, unos lazos que no acaban de romperse frenan a los personajes de
esta historia y se acaban resumiendo en un excelente plano final que corona y
resume perfectamente el espíritu de la historia.
Con una realización que le da a
la película, en buena parte de su metraje, un aire semidocumental y unas buenas
interpretaciones de todo el reparto, hay que destacar, en especial, la
actuación de Bérénice Bejo. Esta actriz, a quien ya vimos en un delicioso y muy
agradecido papel en El artista (2011)
de Michel Hazanavicius (http://cineartemagazine.blogspot.com.es/2011/12/artist-o-por-que-conformarse-con-el.html)
borda aquí, en todos los aspectos, una gran interpretación dramática, la cual
le sirvió para ganar con toda justicia el Premio a la Mejor Interpretación
Femenina en el Festival de Cannes de 2013.
Película que, como Nader y Simin, una separación, puede
pecar de una cierta frialdad, ello puede encontrar su justificación en la forma
en la que Farhadi concibe su cine y que resume en la siguiente frase: “Si das
una respuesta al espectador, tu película terminará, simplemente, en el cine. Pero
cuando planteas preguntas, tu película realmente empieza después de que el
espectador la contempla. De hecho, tu película continuará en el interior del
espectador”. En ese sentido, la escena final en el hospital sería sólo el punto
de partida para la reflexión (que podría ser ardua y compleja) sobre esta
película.
Nota (de 1 a 10): 7,5.
Lo que más me gustó: El firme pulso de su realización. La
interpretación de Bérénice Bejo. El plano final.
Lo que menos me gustó: Le hubiese venido bien un metraje algo más
corto.
MI AMIGO MR. MORGAN
(o el crepúsculo como recapitulación)
TÍTULO: Mi amigo Mr. Morgan. TÍTULO ORIGINAL: Mr. Morgan’s Last
Love. AÑO: 2013. NACIONALIDAD: Francia-Bélgica-Estados
Unidos-Francia. DIRECCIÓN Y GUIÓN: Sandra Nettelbeck,
adaptando la novela La Douceur assasine
de Françoise Dorner. MÚSICA ORIGINAL: Hans Zimmer. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA:
Michael Berti. MONTAJE: Cristoph
Strothjohann. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Michael Caine, Clémence Poésy, Justin
Kirk, Gillian Anderson, Jane Alexander. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.acontracorrientefilms.com/pelicula/347/mi-amigo-mr-morgan/ y https://www.facebook.com/pages/MR-Morgans-Last-Love/364695743633824.
La apariencia visual de Mi amigo Mr. Morgan da a entender al espectador
que podemos estar ante una película relativamente amable que muestra cómo un profesor
viudo (interpretado por un magistral y soberbio Michael Caine), tiene que
rehacer su vida tras el fallecimiento de su esposa, con quien ha compartido más
de cuarenta años de existencia. Sin embargo, si analizamos aunque sea
someramente, la estructura y rasgos esenciales de la historia, comprobaremos
que los aspectos ácidos y amargos tienen más peso que los estrictamente
optimistas. A saber:
- La película muestra cómo una
persona, en un momento de su vida, puede encontrarse con que ha perdido toda
motivación para vivir y que es imposible que encuentre incentivos y alicientes
para seguir adelante.
- Que dos personas que pueden
sentir algo especial la una por la otra, se vean separados por un foso tan
hondo y profundo que provoque que sea imposible que su relación llegue a
ninguna parte.
- Que, aunque dos padres sean
maravillosos, puede ser posible que sus hijos no crezcan felices ni dichosos.
Es decir, una familia puede llegar a ser conceptualmente casi disfuncional
aunque los progenitores rocen la perfección.
Estos ingredientes, que hubieran
permitido a Ingmar Bergman realizar una decena de películas casi sin
despeinarse, son tratados por Sandra Nettelbeck con aires de comedia dramática.
El utilizar un planteamiento de
comedia dramática para una historia con tintes relativamente amargos se
convierte en un lastre para esta película, ya que resta fuerza y contundencia a
una trama interesante, la cual hubiese podido aportar un punto de vista muy
personal a una cuestión ampliamente trillada.
En contraposición a ello, el
resto de elementos de la película son bastante brillantes. Aparte de la ya
citada interpretación de un Michael Caine maduro y de una presencia avasalladora,
la elección de los diferentes integrantes del reparto (entre los que debemos
citar una delicada Clémence Poésy y un eficaz Justin Kirk, además de Jane
Alexander, conocida por su participación en films como Kramer contra Kramer (1979) de Robert Benton y Brubaker (1980) de Stuart Rosenberg, y Gillian Anderson, famosa por
su personaje de la agente Scully en la serie Expediente X) roza la perfección, acomodándose a sus diferentes papeles
como una mano a su guante. Asimismo, la pulcra y elegante realización, llena de
sensibilidad y sutileza (con detalles inspirados, por ejemplo, en la última
historia de Nueve vidas -2005- de
Rodrigo García) también ayuda a que la película se vea con agrado. Lástima que
un planteamiento inadecuado reste personalidad y fuerza a una película que
tenía elementos como para convertirse en uno de los grandes títulos del año.
Nota (de 1 a 10): 6,75.
Lo que más me gustó: La interpretación de Michael Caine. La
elección de reparto. La pulcritud, sutileza y sensibilidad de su realización.
Los aspectos amargos dentro de un conjunto de relativa serenidad.
Lo que menos me gustó: Un tratamiento de comedia dramática
inadecuado para los perfiles de la historia.
Acompañamos vídeo de la canción Not too late de Norah Jones, la cual forma parte de la banda sonora de la película:
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