17º FESTIVAL DE MÁLAGA - CINE ESPAÑOL 2014 - JORNADA 2

Hoy, en la segunda jornada del Festival del Cine de Málaga, hemos empezado en Bilbao y hemos terminado en Sevilla. Del Norte al Sur. De la melancolía a la efervescencia. De la adolescencia a la madurez. Dos propuestas que huyen de cualquier atisbo de espectacularidad y se centran, en el fondo, en un minimalismo que busca el fondo pero que no prescinde de la forma.


A ESCONDIDAS (o cuando la infancia se ha ido y la adolescencia no ha llegado)

TÍTULO: A escondidas. TÍTULO ORIGINAL: A escondidasAÑO: 2014. NACIONALIDAD: España. DIRECCIÓN Y GUIÓN: Mikel Rueda. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Kenneth Oribe. MONTAJE: Álex Argoitia.  INTÉRPRETES PRINCIPALES: Germán Alcarazu, Ramón Agirre, Adil Koukouh,  Joseba Ugalde, Eder Pastor, Moussa Echarif, Mansour Zakhnini, Álex Angulo, Ana Wagener, Elena Irureta. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.aescondidaspelicula.com/.

En la rueda de prensa posterior al pase de A escondidas, alguién comentó que había echado de falta algo de sexo en la película. Posiblemente, todavía no nos hemos dado cuenta que (como ya dijimos ayer) el cine, en general, y el cine español, en particular (por los rasgos específicos crisis de nuestra industria y de nuestra economía), están dando testimonio evidente de que los tiempos están cambiando y de que nos movemos en territorios desconocidos. Sin las brújulas habituales y con los mapas rutinarios habiendo demostrado su inutilidad, no queda otra que reinventarse y mirar hacia ángulos en los que nadie se había fijado con anterioridad. Y, en ocasiones, no todo es conseguir la innovación genial sino, simplemente, recuperar las esencias perdidas.

A escondidas es una película sencilla en su planteamiento pero sumamente efectiva en su realización. Una historia que conecta con Los chicos (1959) de Marco Ferreri, con Los cuatrocientos golpes (1959) de François Truffaut o con Rebeldes (1983) o La ley de la calle (1983) de Francis Ford Coppola en su afán por captar ese momento en el que una etapa de la vida se va, otra no acaba de llegar aún y, entre medias, se producen las primeras heridas, las primeras frustraciones pero, al mismo tiempo, el descubrimiento de la identidad propia y el hallazgo del lugar de uno mismo frente al grupo y la masa. A escondidas es una película tierna, melancólica y que se mueve en una sutileza permanente que la convierte en un ejercicio de delicada orfebrería que acaba enganchando por la sinceridad de sus emociones y la honestidad que destila todo el conjunto. No, no hay sexo. Pero, francamente, pienso que no hacía falta de ninguna manera.






Rafa (Germán Alcarazu) es un chico vasco. Ibrahim (Adil Koukouh) es un inmigrante marroquí de edad similar. Ambos están buscando su sitio, su propio camino, intentando encajar en unas circunstancias en las que el grupo parece imponer su ley sobre los deseos y sentimientos del individuo. El tono de la fotografía, rugoso y granulado, logra transmitir una sensación de realismo y, a la vez, de cercanía (como el director dijo en la rueda de prensa, ello es fruto de la decisión, desde el primer momento de utilizar celuloide en 16 mm., en vez de vídeo digital: como hemos dicho, las "modernidades" para cuando hacen falta; a veces, estorban). Un montaje fragmentado convierte a los dos primeros tercios del film en un puzzle que es metáfora del propio desconcierto de los protagonistas. Conforme ellos mismos se aclaran, la linealidad del montaje volverá a marcar el ritmo. Pero todo ello sería inútil sin las interpretaciones de los jóvenes actores que encabezan el reparto: transparentes, precisas y sinceras. No sólo las de Adil Koukouh y Germán Alcarazu (se adaptan maravillosamente bien a sus personajes y es díficil imaginar que pudieran tener otros rostros posibles), sino también la de un Joseba Ugalde que actúa como un inteligente y hábil contrapunto.

El descubrimiento de Rafa de su homosexualidad se realiza de forma sutil, sin estridencias, captando de forma prodigiosa el espíritu de su edad, con sus afanes, miedos, decepciones e ilusiones, que se suceden casi sin solución de continuidad. En los desenlaces de Los cuatrocientos golpes o en La ley de la calle, sus protagonistas acababan viendo el mar. En A escondidas, el mar (en su sentido metafórico) queda lejos pero una carretera que corre nos dice que, en el fondo, los personajes han empezado a andar el camino hacia él. Y el espectador ha podido compartir con ellos tan hermosa experiencia.




Nota (de 1 a 10): 7,5.

Lo que más me gustó: El poderío visual y narrativo de su fotografía y de su montaje. Las interpretaciones de Germán Alcarazu, Adil Koukouh y Joseba Ugalde. Su honestidad y coherencia.

Lo que menos me gustó: Algunas secuencias con estilo de video-clip son algo tópicas.

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Enorme expectación en el pase de prensa de Carmina y amén de Paco León. La platea, llena y tuve que buscar en los palcos un asiento libre. Allí, tuve el placer de encontrarme con Ana de la Cuevas, quien era una de las más jóvenes actrices que integraban el reparto de 3 días de Javier Gutiérrez, película que fue la gran triunfadora de la edición de 2008. Próximamente, veremos a Ana en los spots de promoción turística de la Junta de Andalucía. Desde aquí, deseamos toda la suerte del mundo a Ana en su futuro personal y profesional.





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CARMINA Y AMÉN (o "a las penas, puñalás")

TÍTULO: Carmina y amén. TÍTULO ORIGINAL: Carmina y aménAÑO: 2014. NACIONALIDAD: España. DIRECCIÓN Y GUIÓN: Paco León. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Juan González. MONTAJE: Ana Álvarez Ossorio.  INTÉRPRETES PRINCIPALES: Carmina Barrios, María León, Manolo Solo, Estefanía de los Santos, Yolanda Ramos, Mari Paz Sayago, Paco Casaus, Teresa Casanova, Paqui Montoya. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.acontracorrientefilms.com/pelicula/314/carmina-y-amen/.

Cuando, en el Festival de Málaga del año 2012, se presentó Carmina o revienta, nos sorprendió cómo Paco León había sido capaz de derribar los prejuicios que podían existir sobre él como director de cine con futuro y nos ofreció una historia áspera, ácida, vibrante, poética (en algunos momentos) y llena de un humor muy particular que encandiló a todos los que pudimos ver la pelicula en el certamen de aquel año. Con ello, vino a confirmar el privilegiado sentido cinematográfico de quienes, habiendo empezado como cómicos o humoristas, logran trascender su condición inicial y son capaces de retratar la realidad con precisión y lucidez. Charles Chaplin, Buster Keaton, Jacques Tati o Woody Allen son buenos ejemplos de tal afirmación. Siendo la vida una mezcla de buenos y malos momentos, de luz y oscuridad, de risas y dramas, quienes han llegado a dominar artísticamente el lado más difícil (evidentemente, el de la comicidad) se sienten con soltura para integrar lo dramático y ofrecer en sus películas un equilibrio (prodigioso, a veces) entre los dos aspectos que siempre hay en toda circunstancia. Recordando su triunfo en 2012 es como se explica la enorme expectación que, como he dicho antes, ha despertado la proyección para la prensa de la continuación de su primera película.

Carmina y amén parece que guarda muchas similitudes con la primera entrega pero, en realidad, no es exactamente lo mismo. Si, con un hábil juego, Carmina y revienta nos quedaba con la duda sobre si lo que allí veíamos eran las verdaderas vivencias de la madre del director, en Carmina y amén se marcan claramente las distancias. Su desenlace (que no revelaremos, obviamente) viene a decirnos sin asomo a la duda que no tengamos malos pensamientos: la Carmina de ambas películas no es Carmina Barrios, madre de Paco León. Nos tranquilizamos pero convierte a Carmina en un personaje de ficción más. Y ello hace que, siendo verdad que Carmina y amén se desarrolle de forma algo más convencional y ortodoxa, al mismo tiempo acaba siendo un pelín más prosaica.







Hay otros elementos que hacen que ambos films se aparten sutilmente uno del otro. Posiblemente, la historia de Carmina y amén sea algo más deslavazada que su predecesora y esté narrada con algo menos de nervio. Ahora, hay menos chispazos y los gags tienden a alargarse para alcanzar todo su impacto. Sin embargo, hay que reconocer que Carmina Barrios continúa conservando toda su fuerza ante la cámara, que María León borda su personaje y que todo el reparto (en especial, una genial Yolanda Ramos) luce con brillantez como coro de personajes surrealistas y desastrados que rodean a la protagonista. Asimismo, su contundente final logra hacer encajar a la perfección todas las piezas sueltas que habían sido mostradas con anterioridad.

Cuando he terminado de ver Carmina y amén, he recordado El barón rampante, novela de Italo Calvino. En ella, el barón Cósimo Piovasco di Rondó, a partir de un arrebato de rebeldía juvenil, decide vivir para siempre en las copas de los árboles. Un día, se entera que unos españoles, que han huido de la invasión napoleónica, también han hecho lo mismo y acude a visitarlos. Pero entre él y ellos hay una diferencia. Mientras que los españoles a los que visita viven en los árboles sólo de forma circunstancial, él lo hace por convicción y vocación. Al contrario que Carmina y revienta, Carmina y amén no se va a estrenar simultáneamente en internet y lanzada en DVD. Ahora, todo seguirá la pauta establecida. Y, al mismo tiempo, como hemos dicho, hay un ligero viraje hacia lo convencional que no sabemos si es simplemente accesorio o anuncio de proyectos menos provocadores. Con ello, quiero decir que no sé si Paco León seguirá viviendo, cinematográficamente hablando, en las copas de los árboles o, una vez alcanzado el éxito, bajará a la tierra y se dejará ir por caminos menos arriesgados. Como no podemos hacer presagios, lo único que podemos reconocer es que ha sabido superar con nota el reto de la siempre difícil segunda película y que, siguiendo con la filosofía de cine de bajo presupuesto que también guiaba al proyecto anterior, nos ha proporcionado una película que vuelve a ofrecernos sus buenas dosis de momentos inolvidables y humor áspero e irreverente. Y ello no es poca cosa.



Nota (de 1 a 10): 7.

Lo que más me gustó: Las interpretaciones de Carmina Barrios, María León y Ramos. Algunos gags son geniales.

Lo que menos me gustó: Un guión algo deslavazado. Tiene menos nervio que la primera entrega.

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A la salida del pase de Carmina y amén, nos encontramos con el actor Ernesto Alterio, que este año forma parte del Jurado de la Sección Oficial del Festival.







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