12 AÑOS DE ESCLAVITUD (o ¿no hay mal que cien años dure?)





TÍTULO: 12 años de esclavitud. TÍTULO ORIGINAL: 12 Years a SlaveAÑO: 2013. NACIONALIDAD: Estados Unidos-Reino Unido. DIRECCIÓN: Steve McQueen. GUIÓN: John Ridley, adaptando un libro autobiográfico de Solomon Northup. MÚSICA ORIGINAL: Hans Zimmer. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Sean Bobbit. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender, Benedict Cumberbatch, Paul Dano, Paul Giamatti, Lupita Nyong’o, Sarah Paulson, Brad Pitt, Alfre Woodard, Dwight Henry, Kelsey Scott, Quvenzhané Wallis, Cameron Zeigler, Tony Bentley. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.12anosdeesclavitud.com/.

Con una película como 12 años de esclavitud, me ocurre algo que es bastante obvio. Antes de entrar a ver la película, estaba en contra de la esclavitud. Cuando salí de verla, seguía estando en contra. Con ello, quiero decir que cuando se abordan determinados temas (el Holocausto sería un caso similar), es muy difícil encontrar un punto de vista que aporte una idea novedosa al espectador, un enfoque que le provoque alguna reacción de sorpresa. Con independencia de que la historia que inspira a la película (un caso real ocurrido a un ciudadano negro estadounidense entre los años 1841 y 1853) sí que tenía un margen de maniobra para suscitar un hondo proceso de reflexión (aunque de eso hablaremos luego), no es menos verdad que la historia del cine no ha sido pródiga en abordar la cuestión del esclavismo y ha tardado bastante en dar cuenta de sus dramáticos perfiles.

Es conocido el caso de El nacimiento de una nación (1915), título que tiene el honor de ser la primera gran película de la historia del cine (nunca hasta entonces había tenido el lenguaje cinematográfico la riqueza que alcanzó con dicho film) y, a la vez, el imborrable estigma de ser, en última instancia, una apología pura y dura del Ku Klux Klan. 





Posteriormente, títulos tan conocidos y valiosos como Lo que el viento se llevó (Victor Fleming, 1939) o La esclava libre (Raoul Walsh, 1957) dieron una imagen bastante edulcorada del tema, pienso que no tanto por mala fe sino porque correspondía a un estado de opinión de la época que, con el paso del tiempo, se acabó considerando profundamente anacrónico.





Un caso poco conocido pero altamente significativo de esta circunstancia fue el de Canción del sur (Wilfred Jackson y Harve Foster, 1946) una película de animación de la Disney que es considerado el título maldito de la compañía. Nunca ha sido comercializado ni en VHS ni en DVD y sobre el mismo ha caído un tupido velo de silencio. Aunque en su día los creadores y directivos de la productora podían considerarla inocente, a día de hoy es fácil que recaiga sobre ella el adjetivo de racista.





A partir de los años 70, títulos como Mandingo (Richard Fleischer, 1975), la serie de televisión Raíces (David Greene, 1977), Amistad (Steven Spielberg, 1997) o Beloved (Jonathan Demme, 1998) adoptaron una visión bastante diferente y ofrecieron retratos con la vocación de ajustarse mucho más a la realidad histórica. Django desencadenado (Quentin Tarantino, 2012), en realidad, va por un camino muy distinto. Es evidente, de cualquier modo, que la gran película sobre la esclavitud no se ha realizado aún y este film del realizador británico Steve McQueen (que, con anterioridad, ya había realizado dos films rodeados por la polémica como Hunger -2008- y Shame -2011-) pretende llegar a serlo.






12 años de esclavitud narra la historia real de Solomon Northup, un negro libre que vivía en el estado de Nueva York y que, tras ser secuestrado, fue vendido en el Sur como esclavo. Como consecuencia de ello, sufre y padece en carne propia las consecuencias del sistema esclavista. A través de las aventuras y desventuras del personaje, se nos irá mostrando el trasfondo psicológico de miedo profundo al “otro” (muy en la línea de un autor negro como James Baldwin) y la estructura de violencia necesaria para el sostenimiento del sistema que estaban implícitos en el esclavismo.

Los puntos fuertes de la película son las magníficas interpretaciones de todo el reparto, debiendo destacar las de Chiwetel Ejiofor (a quien habíamos visto con anterioridad en Love Actually –Richard Curtis, 2003-, Melinda y Melinda –Woody Allen, 2004-, Plan oculto –Spike Lee, 2006-, Hijos de los hombres –Alfonso Cuarón, 2006- y American Gangster –Ridley Scott, 2007-), que se convierte en el principal favorito para llevarse el año que viene el Oscar al mejor actor, y Michael Fassbender. Asimismo, el director, que lleva todo la cinta con un firme pulso narrativo, opta por un estilo de gran sobriedad visual, que huye de todo alarde y preciosismo, que evita en todo momento recrearse en el morbo y que parece haber tenido en cuenta el calificativo de inmoral que Jacques Rivette dio al travelling final de Kapò (1960) de Gillo Pontecorvo (ver la página 10 del siguiente documento: http://portal.educ.ar/noticias/Cine-y-Holocausto-_libro1_.pdf).

Si, dentro de la brillantez formal del conjunto, hay algo en la película que me decepcionó fue que se le escapa la gran cuestión ética que la historia planteaba y que sí supo plantear, por ejemplo, Joseph Losey en El otro señor Klein (1976). Más allá del tema legal de que Solomon Northup no debía estar como esclavo porque tenía los documentos pertinentes para demostrar que era libre, el resto de esclavos ¿estaban obligados moralmente a serlo?¿Era ello una pura cuestión burocrática o de haber nacido en un Estado u otro?¿Es que acaso estaba mal que Solomon Northup estuviera como esclavo en una plantación del Sur y estaba bien que el resto de personas negras sí lo estuvieran? Por desgracia, ni tan siquiera de refilón se le ha ocurrido ni al guionista ni al director plantear esta cuestión.

No obstante, merece destacarse la gran calidad del film y que el mismo sabe abordar el tema con dignidad y brillantez, convirtiendo a 12 años de esclavitud en uno de los grandes títulos del año.



Nota (de 1 a 10): 8,25.

Lo que más me gustó: Las interpretaciones de Chiwetel Ejiofor y Michael Fassbender. Su sobriedad visual.

Lo que menos me gustó: Se le escapa viva la gran posibilidad de hondura de la historia.




Comentarios

  1. Bueno ayer vi la peli y puedo aportar dos ideas... El secreto de la película para mi es que ha combinado muy bien dos poderos mitos de la antigüedad que siguen teniendo gran repercusión en nuestra vida actual (posiblemente de forma inconsciente). Por una parte el mito de José, el hijo de Jacob, fue vendido por sus hermanos como esclavo y llegó a ser gobernante del Antiguo Egipto basandose en sus cualidades excepcionales que ponía al servicio de sus sucesivos amos, llegando incluso a rescatar a aquellos mismos que le vendieron... Y por otro, ¡cómo no! el gran mito de Odyseo, Ulises, el camino de la individuación personal, Ulises sale de Ítaca para embarcarse en la guerra de Troya (que para mi significa el buscarse un puesto en la vida: mujer, trabajo, hijos), pero cuando quiere volver los dioses lo entretienen durante 10 largos años yendo de isla en isla y atravesando numerosos peligros y perdiendo a todos sus compañeros en el camino, hasta que dar solo, exhausto y no vencido... Por fin logra llegar a su reino, siempre con la ayuda de los dioses, (Brad Pitt), y puede al fin gozar de la vida como ser que ha realizado la proeza de haber dado un sentido especial a su propia vida y a la de los demás ciudadanos, ya sean negros o blancos, libres o esclavos...

    Espero que te guste mi comentario
    Un saludo de Francisco de la Flor

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    Respuestas
    1. Francisco, tus comentarios siempre son bienvenidos y, no tengo la menor duda, siempre serán interesantes. Un abrazo.

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