INSIDIOUS 2 (o no siempre segundas partes son malas)
TÍTULO: Insidious 2. TÍTULO
ORIGINAL: Insidious: Chapter 2. AÑO: 2013. NACIONALIDAD: Estados
Unidos. DIRECCIÓN: James Wan. GUIÓN: Leigh
Whannell y James Wan. MÚSICA ORIGINAL: Joseph Bishara. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Patrick
Wilson, Rose Byrne, Barbara Hershey, Ty Simpkins, Lin Shaye, Steve Coulter,
Leigh Whannell, Angus Sampson, Andrew Astor, Hank Harris, Jocelin Donahue,
Lindsay Seim, Danielle Bisutti, Tyler Griffin, Garrett Ryan. PÁGINA WEB OFICIAL:
http://www.insidiousch2.com/
y http://www.insidious2-movie.net/site/.
Siempre se dice aquello de que “segundas partes nunca fueron buenas”.
Aunque esta aseveración se cumple en un alto porcentaje de los casos, las
gloriosas excepciones de Don Quijote de
la La Mancha, en el plano literario, y El
Padrino, en el cinematográfico, nos obligan a no creer en ella a pies
juntillas. Cuando vimos la primera parte de Insidious,
le echamos en falta que tuviera más empaque visual y, aun cuando reconocíamos
que la historia tenía potencial, dijimos que el mismo no había sido aprovechado
suficientemente. Porque si una cierta tosquedad estética puede ir bien a
títulos del tipo de La matanza de Texas (1974)
de Tobe Hooper o Viernes 13 (1980) de
Sean S. Cunningham, cuando se habla de realidades paralelas y de dimensiones
desconocidas, desde los tiempos de Nosferatu
(1922) de F. W. Murnau o La chute de
la maison Usher (1928), ha quedado demostrado que una dosis adecuada de
refinamiento estético es imprescindible. Sorprendentemente, en la segunda
entrega de la serie, James Wan parece haber sido consciente de los defectos que
tenía que superar y ha sabido hilvanar una continuación donde, siendo fiel al
espíritu de la primera película, el despliegue de recursos narrativos
utilizados enriquecen la trama de modo espectacular.
Porque, aun cuando las
apariciones fantasmagóricas que irrumpen abruptamente dentro del plano siguen
teniendo un papel estelar en la narración, la película tiene otras derivaciones
que resultan altamente estimulantes. No son sólo las referencias
cinematográficas que pueblan la historia (aparecen ecos de Psicosis de Alfred Hitchcock, de El estrangulador de Rillington Place de Richard Fleischer, de Poltergeist de Tobe Hooper o de Los otros de Amenábar) sino que el giro
narrativo que, en un momento dado, se produce lleva la trama a una especie de
bucle que, próximo al que utilizaba David Lynch en Carretera perdida (1997) o Mulholland
Drive (2001), no sólo sirve para acentuar la fuerza de la pesadilla en que
nos vemos sumergidos sino que, sutilmente, nos hace plantearnos nuevos
interrogantes: ¿es la secuencia inicial sólo un flashback o una dimensión más de la realidad fantasmal que la
película nos muestra?
Estando presentes de nuevo las
solventes interpretaciones de Patrick Wilson, Rose Byrne y Barbara Hershey, la
realización es mucho más rica, sólida y eficaz que en la primera película, convirtiendo
a esta segunda parte en un gran espectáculo visual que gana en fuerza y
contundencia. Y que nos deja con ganas de ver una tercera parte tras el ambiguo
desenlace que, sin duda, es promesa de nuevas continuaciones.
Nota (de 1 a 10): 8,5.
Lo que más me gustó: El imaginativo desarrollo de la trama.
Lo que menos me gustó: Es necesario ver la primera película para
llegar a comprender la segunda parte.
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