Hoy, en el Festival de Málaga, Sola contigo de Alberto Lecchi y una
película anónima: La mula (explicaremos
por qué). Concluye el relato de ciencia-ficción.
TÍTULO: Sola contigo. TÍTULO
ORIGINAL: Sola contigo. AÑO: 2013. NACIONALIDAD: España-Argentina. DIRECCIÓN:
Alberto Lecchi. GUIÓN: Alberto Lecchi, Leandro Siciliano y Leila González. MÚSICA
ORIGINAL: Carles Pedragosa. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Ariadna Gil, Leonardo
Sbaraglia, Sabrina Garciarena, Gonzalo Valenzuela, Antonio Birabent, Attilio
Pozobón, Raúl Calandra, Hugo Astar. PÁGINA WEB OFICIAL: http://solacontigo.com/.
Alberto Lecchi es uno de los directores argentinos de mayor prestigio,
que cuenta en su haber con títulos tan interesantes como Secretos compartidos (1998), Operación
Fangio (1999), Apariencias (2000),
Déjala correr (2001), El juego de Arcibel (2003), Una estrella y dos cafés (2006) o El frasco (2008). En esta ocasión, está
al frente de una coproducción hispano-argentina protagonizada por Ariadna Gil y
Leonardo Sbaraglia. Debo decir que la crítica no ha salido nada convencida
después de ver el film. A mí, sin embargo, sí que me ha gustado y me parece una
dignísima película que encierra bastante hondura y que se beneficia de unas
estupendas interpretaciones de todo su reparto. Quizás, el principal obstáculo
que puede impedir el disfrute de la película es verla como un thriller a secas. Evidentemente, es un thriller y cumple con las convenciones
básicas del género. Pero, como no es inusual que ocurra en el cine negro, la
trama de misterio que constituye la parte central de la historia esconde una
amarga reflexión moral sobre la mentira, el sentido de la culpa y la
incapacidad que a veces tenemos para escapar de las circunstancias a las que la
vida nos ha llevado. Desde ese punto de vista, Sola contigo es una película brillante y estimable.
Al principio de la
película, nos enteraremos de que Ariadna Gil es la directora de personal de una
empresa con serios problemas en su vida privada y que hay alguien que quiere
asesinarla. Sólo a medida que transcurra el metraje del film, iremos
descubriendo cuáles son las circunstancias que la han llevado al borde del
abismo en que parece hallarse. Toda la película, como he dicho con
anterioridad, tiene una vertiente moral evidente que suele ser subrayada con la
aparición frecuente de elementos iconográficos religiosos y desarrolla un
dilema curioso y paradójico: y es que la fe o, como mínimo, la creencia en unos
principios éticos elementales puede generar tal sentido de culpa que es
imposible escapar de la desolación en que podemos hallarnos atrapados, que es
la situación en la que, exactamente, la protagonista se encuentra. Constituye
un gran mérito de Ariadna Gil que haya sido capaz de interpretar a un personaje
que se halla inmerso en una trama de misterio alejándose lo justo de las pautas
que podría tener una heroína de thriller convencional
para elaborar una caracterización mucho más rica y compleja que constituye la
viga maestra sobre la que se asienta todo el film.
Rodada con la suficiente
habilidad para mostrar con gran sutileza, y utilizando el exacto número de
planos (ni uno más ni uno menos), las piezas de la intriga en el sorprendente desenlace
final de la trama, la frialdad que se puede achacar al conjunto está
justificada por su carácter de disección objetiva e impasible de la psicología
humana cuando se halla ante un (aparente) callejón sin salida.
Nota (de 1 a 10): 7.
Lo que más me gustó: La solidez
del guión. La interpretación de Ariadna Gil.
Lo que menos me gustó: En
algunos momentos, no se oyen con claridad los diálogos.
LA MULA (o siempre existe la ilusión y siempre se acaba rompiendo)
TÍTULO: La mula. TÍTULO
ORIGINAL: La mula. AÑO: 2013. NACIONALIDAD: España- Reino Unido-Irlanda. DIRECCIÓN: Anónimo. GUIÓN: Juan Eslava Galán, adaptando su
novela homónima, y Anónimo. MÚSICA ORIGINAL: Óscar
Navarro. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Mario Casas, María Valverde,
Daniel Grao, Luis Callejo, Antonio Gil, Secun de la Rosa, Jorge Suquet, Jesús
Carroza, Pepa Rus, Eduardo Velasco, Ignacio Mateos, Maite Sandoval, Tony Zenet,
Kino Alcántara, Selu Nieto, Juan Alberto de Burgos, Alfonso Begara, Chiqui
Maya, Paco Roma, Alfonso Delgado, Daniel Moreno, Tavi García, Bernardo Rivera,
Mingo Ruano, Fede Ruiz. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.facebook.com/pages/LA-MULA-la-pel%C3%ADcula/98961811363.
El principal problema que puede tener esta película es el conjunto de
avatares que han rodeado su producción y que han llevado a que quien ejerciera
labores de dirección (Michael Radford, director, entre otras, de 1984 -1984, Pasiones en Kenia -1987-, El
cartero (y Pablo Neruda) -1994-, El
mercader de Venecia -2004- o Un plan
brillante -2007-) haya renunciado a la autoría de la cinta, de forma que la
misma ha sido presentada como anónima. Es difícil que todo ello no haya tenido
algún tipo de repercusión en el resultado final y, de hecho, la copia que hemos
visto ha tenido algún fallo llamativo en el montaje y algunos cambios del tono
de la fotografía que, posiblemente, cuando la cinta se estrene en salas serán
corregidos. Adaptación de una novela del escritor Juan Eslava Galán (http://www.juaneslavagalan.com/), se
desarrolla durante la Guerra Civil y está protagonizada por dos actores jóvenes
muy populares: Mario Casas y María Valverde.
Merece destacarse
en esta película la magnífica interpretación de Mario Casas, que hace una
caracterización absolutamente creíble de su personaje. En cambio, el personaje
de María Valverde no pasa de ser una caricatura y no resulta convincente en
casi ningún momento (paradójicamente, resultan más brillantes las cartas que le
escribe a Mario como forma de caracterizar al personaje). A su vez, la historia
de amor entre ellos es insulsa y no produce ningún tipo de emoción. Su
desenlace, además, resulta forzado y artificial.
Sí podemos ver una
eficaz reconstrucción del ambiente bélico y el plantel de secundarios luce a
buen nivel. En resumen, se deja ver con agrado y poco más.
Nota
(de 1 a 10): 5.
Lo que
más me gustó: La interpretación de Mario Casas.
Lo que
menos me gustó: La mala calidad de la copia que se ha
proyectado en el Festival.
* * *
LOS
INTRUSOS (y VII)
Se podía pensar que
Harry tenía miedo ante la situación en la que se hallaba. Pero, en realidad, no
era así. Él siempre supo que llegaría el momento en que se vería rodeado por un
grupo de clones y que ese sería el punto final de su vida. Era su trabajo y ese
desenlace estaba acorde con los riesgos que el mismo conllevaba. Lo que no se
esperaba era el tono sereno y tranquilo con el que Roger Howard hablaba.
- No nos
esperábamos que un héroe como tú viniera a intentar acabar con nosotros.
Pensábamos que vendría alguno de los mediocres agentes que ahora forman el
Grupo Operativo. Que estés aquí, nos permite enfocar el asunto desde otro punto
de vista.
- Acabad pronto con
esto – dijo Harry-. No merece la pena perder el tiempo…
- Te equivocas. Sí
merece la pena. Por lo que sé, eres un tipo honesto, que cree en lo que hace.
Por lo tanto, estoy convencido de que no tienes constancia de la verdad. Puedes
sospecharla o intuirla. Pero no la has tenido en ningún caso, delante de tus
ojos. Hoy, vas a tenerla.
- ¿Qué
pretendéis?¿Engañarme?
- No. Pretendo que
te unas a nosotros…
Harry se quedó de
piedra.
- Debéis de haberos
vuelto locos… ¿Cómo pensáis que un humano se va a unir a vosotros?
Roger Howard se
rió.
- Vayamos por
partes. ¿A ti no te extraña nada de lo que ves a tu alrededor?
- No sé de qué me
debería extrañar – respondió Harry.
- ¿Cuándo fue la
última vez que se produjo un cambio en el Ente Ejecutivo Mundial?¿Desde cuándo
gobiernan las mismas personas?
- Estamos en un
momento de crisis - dijo Harry-. Se está procediendo al desarrollo de una
entidad que englobe a todos los planetas colonizados. Es normal que se tenga
que proceder a suspender con carácter excepcional las normas que rigen la
elección de nuestros gobernantes.
- ¿Qué opiniones
discordantes oyes, Harry? - continuó Roger Howard-. ¿Quiénes son los
opositores?¿Qué alternativas existen?¿Cuántos medios de comunicación hay que
defiendan posturas diversas?
Harry Ford parecía
estar desconcertado. No sabía qué contestar al clon.
- Harry, en el
fondo de tu mente, conoces la verdad. Te niegas a admitirla pero es un hecho
evidente. Vivimos oprimidos, aplastados por un poder absoluto que vigila
nuestros movimientos y dirige nuestras conductas.
- Sois un peligro
evidente - dijo Harry-. ¿Así es cómo vais a imponer ahora vuestra
maldad?¿Introduciendo en nuestras mentes esos disparates para dividirnos?
- Harry, nosotros
no queremos dividir. Queremos unir a todos para derribar a este régimen
opresor. Fue este régimen quien nos dividió para imponerse.
- ¿De qué estás
hablando?
- Desde el año
2208, el proceso de clonación masivo dejó de tener lugar. No era económicamente
rentable. Los seres clonados pasaron a formar parte del resto de humanos sin
que hubiera ninguna diferencia ni pudiera distinguírseles. En un momento dado,
dejaron de nacer nuevos clones. Pero su existencia fue la excusa que utilizó el
Ente Ejecutivo Mundial para imponer su poder. Había que colonizar muchos
planetas nuevos, querían tener mano de obra barata y, sobre todo, debían
aplastar a los que estaban en contra de sus políticas. Lo que hicieron fue
inventarse unos seres humanos de segunda categoría. Existían unos individuos
malvados, los clones, los intrusos, que había que expulsar del planeta. Sólo
bastaba con cambiar la información del chip y que la misma dijera que el
individuo era un clon. Ya no había forma de demostrar lo contrario. La familia
de Yaba ya lleva muchas generaciones ayudando al Ente Ejecutivo Mundial y, por
eso, sabe toda la verdad. Le dejan hacer a cambio de su silencio.
Harry Ford
permanecía callado. En su interior, Roger Howard estaba diciendo lo que él
había sospechado en su interior desde siempre.
- Mira, Harry... No
sé si eres consciente. Pero has colaborado a la hora de matar a millones de seres
humanos inocentes. Has colaborado en enviar a otros tantos millones a los
confines más lejanos del Universo. Seres humanos cuya única culpa fue emitir
una opinión crítica en un medio de comunicación, publicar un libro con un mensaje
que no coincidía con el que quería imponer el Ente Ejecutivo Mundial, decir
ante sus amigos que no estaban de acuerdo con la política que se estaba
siguiendo, no demostrar suficiente adhesión a nuestros líderes, demostrar
frialdad frente a los "éxitos" conseguidos... Tú, Harry Ford, eres un
vulgar genocida...
Harry Ford empezó a
llorar. Sabía que lo que le estaban diciendo era verdad. Nunca lo había querido
admitir pero esos eran los hechos.
- ¿Sabes lo que
sucede? Que, de nuevo, ha surgido una oposición y nos hemos empezado a
organizar en serio. El Ente va a iniciar una nueva cacería y la excusa va a ser
tu muerte... Eres un héroe y la noticia de que unos clones te han asesinado va
a generar tal conmoción que la pesadilla va a volver a empezar. Todo esto que
han hecho contigo es una mera trampa. Sabían que ibas a ir a Yaba y que Yaba te
iba a enviar aquí. Nosotros no somos clones. Nosotros somos seres humanos
normales y corrientes... Cada vez que alguno de nosotros caiga, cambiarán la
información del chip y nos harán pasar por clones. Harry, tus amigos te han
traicionado...
Harry Ford clavó su
mirada en la de Roger Howard. Vacío, frustrado, sentía que toda su vida había
sido un fracaso y una pura mentira.
- Harry, te ofrezco
una salida. Únete a nosotros. Eres un buen luchador. Necesitamos gente como tú
para conseguir el éxito de nuestra causa. Si tú te pasas a nuestro bando, ello
será un duro golpe para los opresores. Ahora mismo, vamos a salir por la puerta
trasera de la nave. No queremos matarte. Si quieres unirte a nosotros, no
tienes más que seguirnos. Espero que así lo hagas.
Roger Howard y los
suyos recogieron todos sus efectos y, poco a poco, se dispusieron a abandonar
la nave industrial hacia no se sabe qué destino. Harry estaba de rodillas en el
suelo, hundido por el remordimiento y con su mente hueca por la impresión. Poco
a poco, fue atando cabos. Palabras enigmáticas de sus jefes, órdenes sin
sentido, temor constante a la opinión pública... Y supo que sólo podía hacer
una cosa para poder tener alguna posibilidad de redención. Se levantó y siguió
a aquellos hombres que eran, ni más ni menos, que iguales a él.
FIN
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