Hoy, vamos a hablar de Aquí y allá, película española que se
encuentra a medio camino entre el documental y la ficción. Y, en función de las
fechas que se acercan, en nuestras secciones “Clásicos eternos” y “Joyas
ocultas”, hablaremos de Ben-Hur y El molino y la cruz, respectivamente.
AQUÍ Y ALLÁ (o nada es igual cuando regresas)
TÍTULO: Aquí y allá. TÍTULO
ORIGINAL: Aquí y allá. AÑO: 2012. NACIONALIDAD: España-México-Estados
Unidos. DIRECCIÓN Y GUIÓN: Antonio Méndez Esparza. INTÉRPRETES
PRINCIPALES: Pedro de los Santos, Teresa Ramírez Aguirre, Lorena Guadalupe
Pantaleón Vazquez, Heidi Laura Solano Espinoza, Néstor Tepetate Medina,
Carolina Prado Ángel, Noel Payno Vendíz, Nicolás Parra Quiroz. PÁGINA WEB OFICIAL:
http://www.aquiyallafilm.com/.
El tema de la emigración ha estado presente en el cine desde fechas muy
tempranas. Recordemos que, ya en 1917, Charles Chaplin rodó uno de sus mejores
cortos de su etapa con la Mutual Film Corporation con el título de El emigrante (1917):
Desde entonces, podemos recordar títulos que, bien tratando la cuestión de la emigración del campo a la ciudad, bien de la emigración de un país a otro, bien de los efectos y consecuencias de ambos fenómenos, han seguido la estela iniciada por Chaplin: Rocco y sus hermanos (1960) de Luchino Visconti, Popi (1969) de Arthur Hiller, Los emigrantes (1971) y La nueva tierra (1972) de Jan Troell, El padrino. Parte II (1974) de Francis Ford Coppola, La puerta del cielo (1980) de Michael Cimino, La provinciana (1981) de Claude Goretta, Bienvenido al paraíso (1990) de Alan Parker, Mi familia (1995) de Gregory Nava, In this world (2002) de Michael Winterbottom, En América (2002) de Jim Sheridan, Contra la pared (2004) y Al otro lado (2007) de Fatih Akin, Los tres entierros de Melquíades Estrada (2005) de Tommy Lee Jones, Babel (2006) y Biutiful (2010) de Alejandro González Iñárritu... Por supuesto, el cine español también ha abordado el tema, abordándolo tanto desde el punto de vista de los que, habiendo nacido aquí, debían buscar oportunidades en sitios diferentes a su lugar de origen (Surcos -1951- de José Antonio Nieves Conde, Españolas en París -1971- de Roberto Bodegas, Vente a Alemania, Pepe -1971- de Pedro Lazaga, Un franco, 14 pesetas -2006- de Carlos Iglesias, Las chicas de la 6ª planta -2010- de Philippe Le Guay) o desde el punto de vista de quienes vienen de fuera (Las cartas de Alou -1990- de Montxo Armendáriz, Bwana -1996- de Imanol Uribe...). Aquí y allá profundiza en un enfoque que, aunque adoptado tangencialmente en alguno de los títulos anteriores, pocas veces se había desarrollado con la amplitud con que esta película lo hace.
Aqui y allá trata el tema del regreso, del emigrante que vuelve al lugar donde están su familia, sus amigos y sus raíces (en este caso, a la localidad de Copanatoyac, en el estado de Guerrero, en México). Y, tras ese regreso, nada es lo mismo. Una vez vista la película, es interesante reflexionar sobre cómo veríamos los avatares por los que pasa la familia protagonista sin el dato de que el padre ha vuelto después de una temporada de estar trabajando en Estados Unidos. Nuestra visión cambiaría radicalmente. Porque, entonces, los proyectos de quienes quieren abandonar el lugar en busca de nuevos horizontes ofrecerían la esperanza de un cambio. En cambio, el desenlace de esta aventura ya lo conocemos. Y es imposible que la mirada del film no se tiña de nostalgia y melancolía. Hay una serena tristeza que envuelve los esfuerzos del protagonista por encontrar trabajo, su sueño de que prospere su grupo musical, los problemas de su mujer en el parto, la desmotivación por los estudios de su hija mayor y el afán de toda una comunidad por salir adelante y tener unas condiciones de vida dignas. Al final, veremos que la película es un círculo cerrado, un final que es el principio y, en una última metáfora visual, la imagen de un puente que representa el estado de ánimo de hallarse a mitad de camino entre dos mundos y, en el fondo, de no estar en ninguno de ellos.
Aunque la película tiene factura visual de documental y el plantel está formada por actores no profesionales, hay que recalcar que se trata de una historia de ficción (aunque su anclaje en la realidad actual sea más que evidente). Merece destacarse que, aunque se trata de su opera prima, Antonio Méndez Esparza dirige el film con pulso firme y con una sólida coherencia de criterios a lo largo de todo el metraje, lo cual lo convierte en una agradable revelación y en una figura a seguir en el futuro inmediato. Sin duda alguna, cabe esperar que realice aportaciones tan interesantes y notables como la de su debut.
Nota (de 1 a 10): 7.
Lo que más me gustó: La veracidad que se desprende de todo el relato.
Lo que menos me
gustó: Creo que la lentitud de la película en determinados momentos no es necesaria: un poco más de ritmo se hubiera agradecido.
CLÁSICOS ETERNOS
BEN-HUR (1959) de
William Wyler
TÍTULO: Ben-Hur. TÍTULO
ORIGINAL: Ben-Hur. AÑO: 1959. NACIONALIDAD: Estados Unidos. DIRECCIÓN: William
Wyler. GUIÓN: Karl Tunberg, Maxwell Anderson, S. N. Behrman,
Christopher Fry y Gore Vidal, adaptando la obra homónima de Lewis Wallace. MÚSICA ORIGINAL: Miklos Rozsa.
DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Robert Surtees. INTÉRPRETES PRINCIPALES:
Charlton Heston, Jack Hawkins, Haya Harareet, Stephen Boyd, Hugh Griffith,
Martha Scott, Cathy O’Donnell, Sam Jaffe, Finlay Currie, Frank Thring, Terence
Longdon, George Relph, André Morell. DURACIÓN: 212 minutos.
En el año 1880, fue publicada, en Estados Unidos, la novela Ben-Hur: A Tale of the Christ. Su autor
era Lewis Wallace, abogado, antiguo general del ejército de la Unión y que
había ejercido como Gobernador del Territorio de Nuevo México. Desde el mismo
momento de su aparición en el mercado, la obra constituyó un gran éxito de
ventas. Tuvo una adaptación teatral, en 1899, que duró 21 años en cartel y, muy
pronto, suscitó el interés del cine por ella, de forma que ya en 1907 se hizo
un cortometraje de unos 12 minutos en el que se mostraban escenas de la trama:
En 1925, se hizo la primera gran adaptación cinematográfica. Dirigida por
Fred Niblo y protagonizada por Ramón Novarro, uno de los grandes galanes de la
época junto a Rodolfo Valentino, se convirtió, casi instantáneamente, en uno de
los grandes clásicos del cine mudo.
Sin embargo, fue la adaptación de 1959, dirigida por William Wyler, la
que se ha convertido en la referencia ineludible para todos los aficionados al
cine. Aunque, tal como indicaba el subtítulo de la novela original, la
narración de la Pasión de Cristo es inseparable del núcleo de la trama
principal, la misma se ve enriquecida por toda una serie de matices y capas
temáticas que convierten a este título, sin duda alguna, en una de las grandes
obras maestras de la historia del séptimo arte.
El Ben-Hur de Wyler es, ante todo, la historia de una venganza, por un
lado, y, aunque parezca paradójico, una apología del sentido profundo del
mensaje cristiano, por otro (en la película del año 1925, era la
caracterización de Ben-Hur como líder de un movimiento que aspira a liberar a
su pueblo del yugo romano el elemento que tenía mayor peso y relevancia).
Porque, al final, cuando la venganza se consuma, el triunfador se siente vacío
y frustrado. Y al igual que, en el pasado, el cuenco de agua que le dio un
desconocido le salvó la vida (física), otro cuenco de agua (metafórica), el
mensaje de Jesús (precisamente, el desconocido que le auxilió) será el que
vuelva a salvarle la vida (espiritual). Esta majestuosa alegoría visual
constituye la viga maestra sobre la que se construya todo el guión y será la
que dé sentido y coherencia a una compleja y larga historia (más de tres horas)
en la que no era nada fácil poner orden.
Sin embargo, la gran virtud de Ben-Hur es que no se queda en la mera
transmisión del mensaje descrito. Las complejas relaciones del protagonista con
su antiguo amigo Messala, con el tribuno Quinto Arrio, con su antigua esclava
Esther y con el padre de esta, Simónides, proporcionan una gran solidez psicológica a
toda la narración. Es conocido que Gore Vidal (que participó junto a otros
autores en la elaboración del guión, aunque al final sólo apareció acreditado
Karl Tunberg) incorporó, deliberadamente, un subtexto en el que se insinuaba la
atracción homosexual entre Ben-Hur y Messala. Igualmente, también la relación
entre Ben-Hur y Quinto Arrio también es lo suficientemente ambigua (la
secuencia en la que el tribuno pone a prueba al protagonista mientras está en
galeras es altamente significativa y digna de un profundo análisis) como para que
queden abiertas todas las conjeturas posibles.
Las magníficas interpretaciones
(en las que, aunque hay que destacar a Charlton Heston, sería injusto ignorar a
algún integrante del reparto), el soberbio sentido épico de muchas de las
secuencias (entre las que hay que mencionar las de la batalla naval y la
celebérrima de la carrera de cuadrigas) y el agudo poder emotivo de otras (como
la de la visita al valle de los leprosos) acaban convirtiendo a Ben-Hur en una película redonda, una
superproducción de otros tiempos, auténtica e irrepetible.
Nota (de 1 a 10): 10.
Lo que más gustará: Su formidable sentido épico. La secuencia de la
batalla naval. La secuencia de la carrera de cuadrigas. La secuencia del valle
de los leprosos. La majestuosa alegoría visual sobre la que está construida la
historia.
Lo que menos puede gustar: No se me ocurre nada.
JOYAS OCULTAS
EL MOLINO Y LA CRUZ
(2011) de Lech Majewski
TÍTULO: El molino y la cruz. TÍTULO ORIGINAL: The Mill and the
Cross. AÑO: 2011. NACIONALIDAD:
Polonia-Suecia. DIRECCIÓN: Lech Majewski. GUIÓN: Michael Francis Gibson y Lech
Majewski. MÚSICA ORIGINAL:
Lech Majewski y Józef Skrzek. INTÉRPRETES
PRINCIPALES: Rutger Hauer, Michael York, Charlotte Rampling, Joanna Litwin,
Dorota Lis, Bartosz Capowicz, Mateusz Machnik, Marian Makula, Sylwia Szczerba,
Wojcech Mierkulow, Ruta Kubas, Jan Wartak, Adam Kwiatkowski. PÁGINA WEB
OFICIAL: http://www.themillandthecross.com/.
(Pinche sobre la imagen si quiere ampliarla)
El cuadro que ven arriba es Camino del Calvario y fue pintado en
1564 por Pieter Brueghel el Viejo.
Actualmente, se encuentra en el Museo Kunsthistorisches de Viena. Como pueden
comprobar, en el mismo aparecen multitud de personajes y la figura de Jesús
está casi escondida dentro de la composición. Si quieren saber la causa de este
hecho tan peculiar y, aún más, desean descubrir los secretos que encierra esta
pintura, El molino y la cruz resolverá
buena parte de sus dudas. Empeño tan original fue ideado por el realizador,
director teatral, escritor, poeta y pintor polaco Lech Majewski y se trata de
una de las visiones más insólitas del arte y de la Pasión de Cristo que hayamos
podido ver en una pantalla de cine.
A la vez que se detalla el
proceso de composición de Camino del
Calvario, conoceremos el contexto sociopolítico que se vivía en Flandes en
el siglo XVI y asistiremos a una reconstrucción sui generis de la Pasión, trasladada a esa época. El papel que
juegan las autoridades romanas en la narración del Evangelio, es llevado a cabo
aquí por las autoridades españolas, que eran quienes dominaban este territorio
en el año en que se desarrolla la acción (y hay que decir que los españoles no
quedamos nada bien en la película). El papel de los sacerdotes del Templo es
asumido por el clero católico. Y, al final, comprobaremos que los mecanismos de
la intolerancia y la represión permanecen invariables aun cuando cambien las
circunstancias, los países y el momento histórico.
A lo largo de El molino y la cruz, veremos cómo cobra
vida el cuadro de Brueghel, cómo los personajes que aparecen en la obra se
vuelven de carne y hueso y cómo se revela la estructura oculta y el sentido
verdadero de una compleja composición que es mucho más de lo que su apariencia
revela. Con un magnífico trío protagonista de actores veteranos (Rutger Hauer,
Michael York y Charlotte Rampling), El
molino y la cruz tiene una espléndida factura visual y un ritmo pausado y
sereno que nos ayuda a reflexionar sobre cómo el arte puede conseguir que
lleguemos a entender algunas de las verdades esenciales de la vida.
Nota (de 1 a 10): 7.
Lo que más gustará: Su majestuosa factura visual.
Lo que menos puede gustar: Requiere de espectadores con un poco de
paciencia.
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