Hoy, hablo de Prometheus de Ridley Scott, de Rio Bravo de Howard Hawks y de El viaje de Chihiro de Hayao Miyazaki.
PROMETHEUS (o el moderno Frankenstein)
TÍTULO: Prometheus. TÍTULO
ORIGINAL: Prometheus. AÑO: 2012. NACIONALIDAD: Estados Unidos. DIRECCIÓN: Ridley Scott. GUIÓN: Jon Spaihts y
Damon Lindelof. MÚSICA ORIGINAL: Marc Streitenfeld. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Noomi
Rapace, Michael Fassbender, Charlize Theron, Idris Elba, Guy Pearce, Logan
Marshall-Green, Sean Harris, Rafe Spall, Emun Elliot, Benedict Wong, Kate
Dickie, Patrick Wilson. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.prometheuslapelicula.es/.
Tras adquirir experiencia en el
mundo de la publicidad y debutar en la dirección con Los duelistas (1977), el británico Ridley Scott alcanzó la fama y
el prestigio con Alien, el octavo
pasajero (1979) y Blade Runner (1982).
Estos dos films, que se convirtieron en clásicos de la ciencia-ficción
prácticamente desde el momento de su estreno, han cimentado la consideración de
Scott como uno de los grandes de la historia de la cinematografía, a pesar de
los altibajos de su carrera posterior. No obstante, no cabe negar la gran calidad
de títulos como La sombra del testigo (1987),
Black Rain (1989), Thelma & Louise (1991), Gladiator (2000), Black Hawk derribado (2001), El
reino de los cielos (2005) o American
Gangster (2007), que definen una trayectoria brillante y muy personal. Con Prometheus, el director ha querido
realizar una precuela del primero de sus grandes éxitos, es decir, ha intentado
explicar los hechos que anteceden a Alien.
No está claro si esta intención ha beneficiado al resultado final de la cinta.
Prometheus tiene, como principales virtudes, dos de las
características de las que siempre han gozado las mejores películas de Scott: las
magníficas interpretaciones al servicio de personajes de gran fuerza y carácter
y su espectacularidad visual. Así, por encima de un reparto que brilla a muy
buen nivel, destacan los trabajos de Noomi Rapace (en el papel de la científica
Elizabeth Shaw), Charlize Theron (como la comandante Meredith Vickers) y
Michael Fassbender (como el androide David). Los efectos especiales, sin ahogar
la evolución de la trama, proporcionan una factura visual de gran empaque al
film. Asimismo, el director, con gran maestría, sabe ir generando, en un crescendo progresivo muy inteligentemente
manejado, un dantesco ambiente de pesadilla.
Sin embargo, el gran problema de Prometheus es su guión y la historia que
narra. El primer elemento disfuncional es el propio carácter del film: ni acaba
de ser una precuela que enlace perfectamente con la primera entrega de Alien, ni acaba teniendo una
personalidad propia que sirva para analizarla con independencia de aquella.
Así, los elementos que unen ambos films se centran, simplemente, en el
comportamiento de las criaturas que van cobrando vida conforme avanza la
historia, en la última escena (sobre todo, en la última escena, habría que
enfatizar) y en la caracterización del personaje de Noomi Rapace que, en
función de detalles de la trama que no revelaremos, sirven para explicar
aquella frase que el androide Ash decía sobre el alienígena asesino en la
película original: “¡Es un superviviente!”. Cabe pensar que si Scott hubiera
decido realizar un film independiente, no habría mermado el nivel de Prometheus y, quizás, le hubiera servido
para ejecutar una obra de mayor calidad. El segundo elemento, verdaderamente
desconcertante, es que se abren varias incógnitas a lo largo de la narración y
ninguna queda resuelta satisfactoriamente. A saber: la explicación de la
primera secuencia del film (de la que, al terminar la película, sólo cabe hacer
conjeturas), la revelación sobre quién realizó las inscripciones para señalar
la ruta al planeta LV-223, la condición de los llamados “ingenieros”, la aclaración
de las causas de lo que sucedió en el planeta visitado… Quizás, todo ello no
sea más que una artimaña para atraer público a la anunciada Prometheus 2, pero no es menos cierto
que perjudica a la apreciación global de la película. Finalmente, hay que decir
que la película contiene excesivos elementos de otros títulos de
ciencia-ficción. Cualquier mínimo conocedor del género, encontrará referencias
de Quatermass and the Pit (1967) de
Roy Ward Baker, 2001: Una odisea en el
espacio (1968) de Stanley Kubrick, Esfera
(1998) de Robert Zemeckis e, incluso, la propia Blade Runner (1982) de Ridley Scott.
En resumen, un film que no aburre
(más bien, todo lo contrario), pero que
decepciona en su acabado final.
Nota (de 1 a 10): 6,5.
Lo que más me gustó: Las interpretaciones de Noomi Rapace, Charlize
Theron y Michael Fassbender. Su espectacularidad visual.
Lo que menos me
gustó: el guión abre varias incógnitas y no resuelve ninguna.
CLÁSICOS ETERNOS
RÍO BRAVO (1959) de Howard Hawks
TÍTULO: Río Bravo. TÍTULO
ORIGINAL: Rio Bravo. AÑO: 1959. NACIONALIDAD: Estados Unidos. DIRECCIÓN: Howard Hawks. GUIÓN: Jules Furthman y Leigh
Brackett, adaptando un relato corto de B. H. McCampbell. MÚSICA ORIGINAL: Dimitri Tiomkin. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Russell
Harlan. MONTAJE: Folmar Blangsted. INTÉRPRETES
PRINCIPALES: John Wayne, Dean Martin, Angie Dickinson, Ricky Nelson, Walter
Brennan, Ward Bond, John Russell, Pedro González González, Estelita Rodríguez,
Claude Akins. DURACIÓN: 141 minutos.
Howard Hawks es, sin duda, uno de
los grandes de la historia de la cinematografía. Fue capaz de realizar obras
maestras en el género de la comedia (La
fiera de mi niña -1938-, Luna nueva -1940-,
Bola de fuego -1941-, Me siento rejuvenecer -1952-, Su juego favorito -1964-), el cine negro
(Código criminal -1931-, Scarface -1932-, Tener y no tener -1944-, El
sueño eterno -1946), el western (Río Rojo -1948-, Río Bravo -1959-, El Dorado -1966-,
Río Lobo -1970-), el cine bélico (El sargento York -1941-), el musical (Los caballeros las prefieren rubias -1953-),
el peplum (Tierra de faraones -1955-) o el cine de acción (Avidez de tragedia -1932-, ¡Hatari! -1962-, Peligro línea… 7000 -1965-). Pocos pueden presumir de haber sido
capaces de moverse con tal desenvoltura en tanta variedad de géneros.
Río Bravo es uno de sus films que tiene mayor popularidad entre los
espectadores. Y, a la vez, es uno de los mejores exponentes de cuál suele ser
la estructura de sus films (al menos, desde Bola
de fuego y, sobre todo, desde Tener y
no tener). El hermano del cacique local asesina a sangre fría a un vecino
del pueblo (memorable la secuencia de inicio, sin diálogos). El sheriff
(interpretado por John Wayne) lo detiene con la intención de ponerlo a
disposición del comisario de la región cuando este llegue a la localidad.
Mientras tanto, con la única ayuda de un alcohólico (Dean Martin), un viejo
lisiado (Walter Brennan) y un joven petulante (Ricky Nelson), deberá resistir
al empeño del hermano del detenido de sacarlo de la cárcel por cualquier tipo
de métodos violento o ilegal. A su vez, tendrá que vérselas con los problemas
que le cause una jugadora profesional (Angie Dickinson), de la que se acabará
enamorando.
Como es habitual en las películas
de Hawks, tanto peso, como la propia trama, lo tiene el análisis de las
relaciones humanas y de la psicología de sus personajes. Si observamos a cada
uno de los protagonistas desde el inicio hasta el desenlace, todos ellos viven
un proceso que les hace mejorar como personas. El sheriff acabará teniendo más
confianza en los demás y abrirá el caparazón sentimental en que se hallaba
encerrado. Dude, el personaje interpretado por Dean Martin, irá superando su
problema de alcoholismo. Stumpy, papel asumido por Walter Brennan, acabará
saliendo de su encierro en la oficina del sheriff para adquirir protagonismo en
el desenlace. Y Colorado Ryan, encarnado por el cantante y actor Ricky Nelson,
frenará su ímpetu juvenil y ganará en madurez y experiencia. Río Bravo, más que la narración en sí,
es la descripción de ese proceso. Y, en la medida en que vemos a seres humanos
reales, a personajes de carne y hueso, y no meros esquemas de un determinado
género narrativo, es donde la película nos acaba ganando y se llega a
comprender que los espectadores quieren revisitarla continuamente. Es, ni más
ni menos, que volver a encontrarnos con unos viejos amigos.
Nota (de 1 a 10): 10.
Lo que más gustará: la fuerza y brío de los personajes.
Lo que menos puede gustar: creo que sólo disgustará a quienes no le
guste el western.
JOYAS OCULTAS
EL VIAJE DE CHIHIRO (2001) de
Hayao Miyazaki
TÍTULO: El viaje de Chihiro. TÍTULO
ORIGINAL: Sen to Chihiro no kamikakushi. AÑO: 2001. NACIONALIDAD: Japón. DIRECCIÓN Y GUIÓN: Hayao Miyazaki. MÚSICA ORIGINAL: Joe Hisaishi. DIRECCIÓN
DE FOTOGRAFÍA: Atsushi Okui. MONTAJE: Takeshi Seyama. VOCES PRINCIPALES EN LA VERSIÓN ORIGINAL EN JAPONÉS: Rumi Hiiragi, Miyu
Irino, Mari Natsuki, Takashi Naitô, Yasuko Sawaguchi, Tatsuya Gashûin. DURACIÓN:
125 minutos.
Hayao Miyazaki es, quizás, el
representante más prestigioso del dibujo animado japonés. Colaborador en series
legendarias como Heidi, Marco o El perro de Flandes, su fama proviene de largometrajes como El castillo de Cagliostro (1979), Nausicaä del Valle del Viento (1984), El castillo en el cielo (1986), Mi vecino Totoro (1988), Nicky, la aprendiza de bruja (1989), Porco Rosso (1992), La princesa Mononoke (1997), El
viaje de Chihiro (2001), El castillo
ambulante (2004) o Ponyo en el
acantilado (2008). Estos films han servido para infundir al mundo de la
animación un aire absolutamente original, caracterizado por un hondo tono
lírico y onírico. La indudable calidad de su obra llevó a que El viaje de Chihiro ganara el Oso de Oro
a la mejor película en el Festival de Berlín del año 2002.
Una niña (Chihiro) se traslada
con sus padres a su nuevo lugar de residencia. En el camino, se pierden y, tras
cruzar un túnel, se adentran en un pueblo sin habitantes. La protagonista
decide pasear por los alrededores y, cuando llega la noche, descubre que el
lugar se llena de espíritus. Al regresar con sus padres, se lleva la
desagradable sorpresa de que se han convertido en cerdos. A partir de ese
momento, deberá averiguar cómo romper el encantamiento y poder devolverlos a su
estado original.
Todo el film es un despliegue
desbordante de imaginación, poesía y un muy personal sentido del humor. La
variedad de criaturas y situaciones que se dan cita en la trama constituye todo
un alarde de fantasía que satisfará a cualquier espectador deseoso de
encontrarse con títulos que se aparten de los esquemas convencionales.
Cuando, al final, Chihiro
abandone el lugar y mire hacia atrás, hacia el túnel por el que se adentró en
un mundo insospechado, su mirada, en el fondo, será de nostalgia: la nostalgia
de quien ha vivido con intensidad una aventura y sabe que no va a volver a
vivir una experiencia similar. Algo así como la nostalgia final de Frodo en la
trilogía de El señor de los anillos. A
mí, personalmente, la mirada de Chihiro me gusta más y me parece más honda y
sincera.
Nota (de 1 a 10): 8.
Lo que más gustará: la desbordante imaginación que derrocha.
Lo que menos puede gustar: su fuerza lírica está por encima de su
tenue trama narrativa.
Comentarios
Publicar un comentario