15º FESTIVAL DE MÁLAGA – CINE ESPAÑOL (ESCENA 3 // INTERIOR – DÍA)


Como ayer dijimos, cinco minutos antes de comenzar el Festival quedó todo listo y la ciudad luce ya con todas sus galas bien dispuestas:



Teatro Cervantes, sede principal del Festival.



Cine Albéniz, donde tienen lugar los pases de prensa y los pases para el público de la Sección Oficial y las secciones paralelas.



Plaza de la Merced, donde se celebran actividades paralelas al Festival.


Y, así, justo a las 12 de mañana, The Pelayos inauguraba la 15ª edición del Festival…


THE PELAYOS (o el “sueño romántico” de un “científico loco” -en palabras del propio director de la película)

TÍTULO: The Pelayos. AÑO: 2012. NACIONALIDAD: España. DIRECCIÓN: Eduard Cortés. GUIÓN: Eduard Cortés y Piti Español. MÚSICA ORIGINAL: Micka Luna. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Daniel Brühl, Lluís Homar, Eduardo Fernández, Blanca Suárez, Miguel Ángel Silvestre, Vicente Romero, Oriol Vila, Hui Chi Chiu. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: David Omedes. MONTAJE: Koldo Idígoras.

Eduard Cortés dirigió en 2002 La vida de nadie, una historia basada en hechos reales sobre un hombre que durante años, hizo creer a toda su familia que era economista del Banco de España cuando en realidad no tenía trabajo alguno y vivía del dinero que estafaba a familiares y amigos haciendo creer a estos que su dinero estaba colocado en excelentes inversiones. Si dicha película hablaba de sueños rotos y proyectos frustrados, The Pelayos está relacionada con La vida de nadie en la medida en que se inicia justo en ese momento en que los sueños se fraguan y se empiezan a poner en marcha, sin saber si van a cumplirse o no, es decir, viene a ser una especie de reverso de la moneda (o de la ficha de juego, término que sería el más apropiado para este film)






The Pelayos está también basada en un hecho real. El polifacético sevillano Gonzalo García-Pelayo (que, entre otras cosas, había sido director de cine –su película más conocida es Manuela del año 1976–) creyó descubrir un día un método para ganar en la ruleta y poder hacer saltar la banca en cualquier casino. Después de convencer a su hijo y a varios familiares más, noche tras noche se dedicaron a ir a los casinos, a apostar y a empezar a ganar dinero con sus procedimientos. La batalla que, a partir de ahí, inició con los encargados de los establecimientos de juego, que intentaron desarmar su estrategia, constituye, en primera instancia, el núcleo de la trama.

Pero más allá de este aspecto superficial, el tema principal de la cinta es, como hemos dicho con anterioridad (y como el director confirmó en la rueda de prensa posterior al pase de la película), nuestra capacidad para hacer realidad sueños ambiciosos (hasta, incluso, “disparatados”, como apuntó Lluís Homar) y conseguirlo desde la más absoluta racionalidad. Junto a ello, existe un discurso paralelo, que versa sobre la necesidad de tener nuestros propios sueños y no limitarse a seguir los sueños de otros, porque, en gran medida, el protagonista del film, Daniel Brühl, que interpreta a uno de los hijos del patriarca del clan, se limita a asumir los proyectos de su padre y ha renunciado a tener proyectos propios.

Toda esta historia, con todas sus subtramas, está narrada con una gran agilidad y dinamismo, manteniendo el pulso narrativo a lo largo de todo el metraje. Como también destacó el director, hay que mencionar el apreciable trabajo de todo el reparto. Están excelentes Lluís Homar, en el papel de Gonzalo García-Pelayo y Eduard Fernández, como director de casino. Como interesantes revelaciones figuran Oriol Vila y Hui Chi Chiu, que cumplen a muy buen nivel, cumpliendo con solvencia el resto de protagonistas (Daniel Brühl, Vicente Romero, Blanca Suárez y Miguel Ángel Silvestre –aunque este con cierto punto de irregularidad–).





Dentro de los defectos del film, quizás cabría hablar de su falta de armonía visual. Empezando con una estética que recuerda a la de la minusvalorada Freddy, el croupier (1982) de Álvaro Sáenz de Heredia –y hablo sólo de la estética-, en otros momentos la cinta se decanta por aires cercanos a Coppola y Scorsese, y también por instantes más reposados (que es donde la película consigue un mayor nivel), de forma que a veces desconcierta y da sensación de no tener un concepto que unifique todas las piezas que integran la película. Igualmente, determinadas secuencias en el casino (sobre todo, la secuencia final) pecan de cierta falta de intensidad, lo que dificulta que el espectador sienta las emociones que las mismas pretenden generar.

A pesar de todo, creo que The Pelayos es un film muy interesante y que recomiendo que tomen nota de ella para verla cuando la misma sea estrenada el próximo 27 de abril: van a pasar un muy buen rato.


Nota (de 1 a 10): 6,5.

Lo que más me gustó: su gran agilidad narrativa.

Lo que menos me gustó: le falta armonía visual. El momento cumbre está desaprovechado.







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