15º FESTIVAL DE MÁLAGA – CINE ESPAÑOL 2012 (ESCENA 1 // INTERIOR – NOCHE)



A partir del sábado 21, EL ESPECTADOR IMPERTINENTE va a romper con su dinámica habitual y va a seguir con carácter diario lo que vaya sucediendo en el Festival de Cine Español de Málaga.

Comentaremos las películas de la Sección Oficial, hablaremos de los títulos de otras secciones que sean relevantes y estaremos atentos a las noticias y acontecimientos de mayor trascendencia. Las sucesivas entradas las divulgaremos por Facebook y Twitter (hemos creado la etiqueta #elespectadorimpertinenteenfmce2012), con el fin de darles la mayor repercusión posible y, sobre todo, para captar el feed-back de los lectores.

En esta primera entrada, vamos a hablar un poco del Festival, de su historia, de sus virtudes y de sus principales problemas.



Recientemente, David Trueba, con una fuerte carga irónica comentaba que el cine español había entrado en crisisen 1916. Cualquiera que se adentre en la historia de nuestro cine o rescate sus recuerdos de los últimos años, jamás encontrará una época donde no se hable de los problemas de la industria y de las medidas a tomar para resolverlos.

Pero, siendo eso cierto, si esa misma persona se hubiera dado una vuelta por las sedes y ubicaciones del Festival de Cine de Málaga en sus sucesivas ediciones, la conclusión sería la opuesta: gran afluencia de público, extraordinario ambiente y, en algunos años, un nivel artístico notable. Porque, aunque la industria no lo vea o no acabe de creérselo, este Festival es una de las herramientas de marketing más poderosas para la promoción de nuestro cine que jamás hayan existido porque reúne una serie de rasgos únicos: los malagueños se vuelcan, cuenta con un gran apoyo institucional, se celebra en  unas fechas donde ya han pasado la ceremonia de los Goya y de los Oscar y aún no se han producido los grandes estrenos para el verano, por lo que tiene lugar en un momento ideal, la ciudad cuenta con una gran infraestructura turística… A pesar de todo ello, es una herramienta que se ha desaprovechado por quienes deberían ver la oportunidad que brinda y ello revela que los problemas de nuestro cine van más allá del montante total de las subvenciones o del tipo de protección que se establece para sus producciones. Revela que el problema fundamental reside en la ausencia de una mentalidad empresarial que sepa sacar provecho de las posibilidades que el mercado ofrece…

Gracias al Festival, muchos títulos que hubiesen podido pasar desapercibidos han conseguido tener una proyección de la que hubieran carecido por otros medios. Y, así, cuando echamos la mirada atrás, vemos cintas que están entre lo más digno que se ha hecho en los últimos años en nuestro cine.

Así, por mencionar, sólo algunos títulos, en la 2ª edición, año 1999, Las huellas borradas de Enrique Gabriel. En la 3ª, año 2000, Sexo  por compasión de Laura Mañá, Leo de José Luis Borau (en mi opinión, la mejor película de la historia del festival, junto a otras dos que después mencionaremos) y Krámpack de Cesc Gay. En la 4ª, año 2001, Sin vergüenza de Joaquín Oristrell y Nómadas de Gonzalo López Gallego. En la 5ª, El otro lado de la cama  de Emilio Martínez Lázaro, Smoking room de Roger Gual y Julio Wallovits. Impresionante la sección oficial de la 6ª edición, año 2003: entre otros, Tiempo de tormenta de Pedro Olea, Torremolinos 73 de Pablo Berger, Haz conmigo lo que quieras de Ramón de España, Palabras encadenadas de Laura Mañá, Planta 4ª de Antonio Mercero, Los novios búlgaros de Eloy de la Iglesia, La vida mancha de Enrique Urbizu, Hotel Danubio de Antonio Giménez Rico, Dos tipos duros de Juan Martínez Moreno y Eres mi héroe de Antonio Cuadri.

También fue notable la 7ª edición, año 2004: Atun y chocolate de Pablo Carbonell, Incautos de Miguel Bardem, El año del diluvio de Jaime Chávarri, Nubes de verano de Felipe Vega, Conversaciones con mamá de Santiago Carlos Oves, León y Olvido de Xavier Bérmudez y Fuera del cuerpo de Vicente Peñarrocha (esta es otra de las películas que forman parte de mi personal top three). En la 8ª edición, año 2005, destacaron Hormigas en la boca de Mariano Barroso, Tapas de José Corbacho y Juan Cruz y Morir en San Hilario de Laura Mañá. En la 9ª, año 2006, sobresalieron Los aires difíciles de Gerardo Herrero, Un franco, 14 pesetas (la tercera película del podio histórico, desde mi punto de vista), Azuloscurocasinegro de Daniel Sánchez Arévalo y Remake de Roger Gual. En la 10ª edición, año 2007, yo destacaría Ladrones de Jaime Marqués, Concursante de Rodrigo Cortés, yo de Rafa Cortés y Bajo las estrellas de Felix Viscarret. En la 11ª, año 2008, Todos estamos invitados de Manuel Gutiérrez Aragón y (esto se trata de una apreciación muy, muy, muy personal, porque la mayoría de la crítica no compartiría mi opinión) Proyecto Dos de Guillermo Groizard. En la 12ª edición, del año 2009, Pagafantas de Borja Cobeaga. En la 13ª, año 2010, Rabia de Sebastián Cordero. Y en la 14ª, el año pasado, Cinco metros cuadrados de Max Lemcke.






Como habrán deducido de la larga exposición, la industria ha ido renunciando, poco a poco, a traer títulos de primer nivel al Festival y ha preferido apostar por films de carácter más secundario, que pudieran tener, de este modo, un eco que sería difícil de conseguir por otra vía. Esto, en gran medida, es un error de manual desde el punto de vista del marketing: el Festival de Málaga podría ser al cine español lo que el Festival de Sundance representa para el cine independiente, pero se ha renunciado a ello por un claro problema de miopía estratégica.

Pero creo que todo esto es el pasado y hay que pasar página. A partir del sábado, empieza una nueva edición y yo, después de ver la programación de la Sección Oficial, soy bastante optimista. Espero poder decirles que hay películas estupendas y que tomen nota de ellas para ir a verlas al cine en el momento en que se estrenen. El resto del año, las magníficas campañas publicitarias de otras industrias cinematográficas (es decir, la estadounidense) taparán los estrenos del cine español. Esta semana será una buena oportunidad para encontrar joyas que, si no fuera por este Festival de Cine, a lo mejor pasarían desapercibidas.

Síganme, que empieza la aventura…




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