Antes de nada, comentar que, en relación al film Moneyball: Rompiendo las reglas, que comenté en la última entrada del blog, he realizado un análisis desde una perspectiva empresarial en mi blog de economía. Les adjunto el enlace por si quieren leerlo (http://eldedoeneldato.blogspot.com/2012/02/analisis-de-moneyball-rompiendo-las.html).
TÍTULO: La invención de Hugo.
TÍTULO ORIGINAL: Hugo. AÑO:
2011. NACIONALIDAD: Estados Unidos. DIRECCIÓN: Martin Scorsese. GUIÓN: John Logan, basado en un libro
de Brian Selznick. MÚSICA ORIGINAL: Howard Shore. INTÉRPRETES
PRINCIPALES: Ben Kingsley, Sacha Baron Cohen, Asa Butterfield, Chloë Grace
Moretz, Helen McCrory, Michael Stuhlbarg, Emily Mortimer, Christopher Lee, Jude
Law, Ray Winstone, Frances de la Tour. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.hugomovie.com/intl/es/.
Si en la anterior entrada comentábamos
la última película de uno de los grandes (Steven Spielberg), en esta ocasión
tenemos que hablar del último estreno de otro de los más importantes directores
de los últimos cuarenta años: Martin Scorsese.
Scorsese (nacido en 1942) viene a
pertenecer a la misma generación que Francis Ford Coppola (1939), Woody Allen
(1935), George Lucas (1944), Terrence Malick (1943), Michael Cimino (1939) o
Alan Rudolph (1943). Si a partir de mediados de los 50 se incorporaron a
Hollywood profesionales venidos del mundo de la televisión (Arthur Penn,
Delbert Mann, Sidney Lumet), los cuales incorporaron modos y maneras de hacer
de la pequeña pantalla, la siguiente generación reaccionó de forma radicalmente
contraria.
Todos los directores que
comparten, aproximadamente, edad con Scorsese y que hemos citado con
anterioridad, tienen en común una reivindicación del espíritu del cine clásico
y una apuesta clara por una renovación no basada en modelos televisivos sino en
un empaque visual emparentado, claramente, con Orson Welles y su Ciudadano Kane (1941) y en una madurez
temática cercana a las obras de Elia Kazan y Otto Preminger. Todos estos
directores siempre han ambicionado hacer películas “más grandes que la vida”,
visualmente impactantes y argumentalmente profundas y, con mayor o menor
fortuna, han creado films que siguen influyendo en todo el cine actual.
Próximamente, en una sección
nueva de este blog, irán pasando algunos de estos títulos (entre otros muchos),
pero hoy vamos a detenernos en Scorsese y su cine.
Aunque no resulte obvio, las
películas de Scorsese tienen un profundo componente espiritual. Ello resulta
evidente en La última tentación de Cristo
(1988) y Kundun (1997), pero está
igualmente presente en la temprana Malas
calles (1973), en los clásicos Taxi
Driver (1976), Toro Salvaje (1980),
Uno de los nuestros (1990) y Casino (1995), en musicales como New York, New York (1977), en comedias como
Jo, ¡qué noche! (1985) y en thrillers violentos como El cabo del miedo (1991) o Infiltrados (2006). El pecado, el
sentimiento de culpa (o su ausencia) y la redención se convierten en los temas
principales (más o menos explícitos) de muchos de estos films, a lo que añade
un profundo análisis de la psicología y mentalidad de sus personajes y una
disección fría e implacable de los procesos sociales y de la dinámica de los
grupos humanos.
Junto a esta dimensión, hay otra
también patente, centrada en la recuperación de la memoria cultural e histórica
norteamericana, en documentales como Italianamerican
(1974), El último vals (1978)
–donde se grabó el último concierto de The Band- o Shine a Light (2008) –sobre la actuación de los Rolling Stones en
el Beacon Theater de Nueva York en otoño de 2006- y en films como La edad de la inocencia (1993), Gangs of New York (2002) o El aviador (2004).
Y, como un eje central,
parcialmente oculto pero que aflora de modo manifiesto a lo largo de toda su
carrera, un amor incondicional al cine. Es en su última obra, La invención de Hugo (2011), donde el
homenaje al séptimo arte es más relevante.
Como ya hemos dicho al hablar de
la generación a la que Scorsese pertenece, el formidable empaque visual ha sido
uno de sus sellos característicos de su personalidad: espectaculares travellings y movimientos de cámara, un montaje
ágil e innovador, una espléndida fotografía que se adapta perfectamente al
ambiente en el que se desarrolla la historia… Estos rasgos siguen estando
presentes en La invención de Hugo (a
los que se incorpora el 3D como elemento adicional), pero, sin embargo, la temática
normalmente tratada por Scorsese experimenta un giro radical.
De tratar de personajes que han
rebasado los límites de la ley, de la normalidad psicológica o de los usos
sociales aceptados, ha pasado a dirigir una película pensada para todos los
públicos. Y hay que reconocer que Scorsese ha salido airoso del reto.
Toda la imaginería que emplea la
película crea un impresionante espectáculo visual desde la primera hasta la
última escena. Y sirve para llevar la historia del niño que intenta completar
el autómata que le dejó su padre a un nivel que muy pocos directores podrían
alcanzar.
Sin embargo, esta historia tiene
un problema: para un niño, posiblemente la resolución de la historia no le va a
emocionar. A un cinéfilo, sí le emocionará pero, quizás, el desarrollo de la
trama pueda llegar a parecerle un poco infantil.
Aunque toda la realización es
magnífica y la película se beneficia de unas estupendas interpretaciones (en
particular, hay que destacar un excelso Ben Kingsley), ese desequilibrio del
guión hace que el film no llegue a ser una obra maestra. No obstante,
cualquier espectador pasará dos horas muy entretenidas y no lamentará haber
pagado la entrada.
Hay que reconocer que no es
habitual que, en cualquier disciplina, un creador logre reinventarse y recorrer
un sendero opuesto al que ha seguido tradicionalmente. Scorsese lo ha hecho y
ha logrado superar brillantemente el reto. Pienso que, con ello, ha logrado
confirmar su condición de genio absoluto del séptimo arte.
Nota (de 1 a 10): 7.
Lo que más me gustó: es un impresionante espectáculo visual. La
interpretación de Ben Kingsley.
Lo que menos me gustó: demasiado adulta para los niños. Demasiada
infantil para los adultos.
* * *
PALMARÉS DE LOS OSCAR
El pasado 26 de febrero, se celebró la ceremonia de entrega de los Oscar. La gran triunfadora fue The Artist, que se llevó los premios principales. En los apartados técnicos, fue La invención de Hugo la que se llevó el gato al agua, obteniendo los de mejor sonido, mejor fotografía, mejor dirección artística y mejores efectos especiales. Esta es la lista de los principales premios:
MEJOR PELÍCULA: The Artist.
MEJOR DIRECCIÓN: Michel Hazanavicius por The Artist.
MEJOR ACTOR: Jean Dujardin por The Artist.
MEJOR ACTRIZ: Meryl Streep por La Dama de Hierro.
MEJOR ACTOR DE REPARTO: Christopher Plummer por Principiantes.
MEJOR ACTRIZ DE REPARTO: Octavia Spencer por Criadas y señoras.
MEJOR GUIÓN ORIGINAL: Woody Allen por Midnight in Paris.
MEJOR GUIÓN ADAPTADO: Alexander Payne, Nat Faxon y Jim Rash por Los descendientes.
MEJOR PELÍCULA EN LENGUA NO INGLESA: Nader y Simin. Una separación de Irán.
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